Las elecciones alemanas tendrán lugar el próximo 23 de febrero y el preferido para erigirse vencedor es Friedrich Merz, candidato de la Unión Democristiana (CDU) que pasa por horas bajas. Los democristianos aceptaron por primera vez el apoyo de Alternativa por Alemania (AfD) para aprobar una resolución para endurecer la política migratoria. Este hecho se interpretó ampliamente como que la CDU rompía el cordón sanitario, cosa que le ha valido la crítica de la exlíder del partido Angela Merkel y manifestaciones multitudinarias en contra. Al fin y al cabo ha sido un golpe para el líder y candidato del partido, que ha tratado de concluir esta crisis reafirmando el compromiso del partido para no cooperar con la extrema derecha bajo ningún concepto en el congreso de la CDU en Berlín.
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"Puedo asegurar a los votantes de manera clara: con el partido que se autodenomina Alternativa para Alemania no cooperaremos antes, ni mientras, ni después", ha afirmado Merz ante los militantes de la CDU. El líder de los democristianos ha aprovechado este escenario para subrayar que la AfD se posiciona en contra de todo lo que defienden los democristianos como la relación transatlántica, el euro o la OTAN.
"Haremos todo lo posible para que vuelva a ser tan pequeño como sea posible. No habrá cooperación, no habrá tolerancia, no habrá gobierno en minoría. Es nuestro rival más importante en esta campaña", ha sentenciado Merz. El candidato democristiano es el preferido, según las encuestas, pero el apoyo aceptado de la AfD la semana pasada ha pasado factura al partido, que ahora cierra filas en torno a Merz. En el congreso también ha intervenido Markus Söder, el líder del partido hermano bávaro de la CDU, la Unión Socialcristiana (CSU), que ha afirmado que, a pesar de todo, el cordón sanitario contra la AfD es "más duro que nunca".
En defensa de su decisión y contra la migración
A pesar de eso, Merz también ha defendido su decisión de tolerar el apoyo parlamentario del partido ultra la semana pasada, ya que "la gran mayoría de la población comparte la opinión que en inmigración las cosas no pueden seguir así". En el congreso, los delegados aprobaron unánimemente un "plan de acción inmediato" para un futuro gobierno encabezado por la CDU que incluye, además de medidas de política económica, la controvertida nueva línea propuesta la semana pasada por Merz para restringir la migración.
Estos planes incluyen el cierre de fronteras a los solicitantes de asilo -la práctica conocida como "devoluciones en caliente" -, controles fronterizos permanentes, la detención indefinida de las personas pendientes de expulsión consideradas peligrosas o la suspensión de la reunificación familiar para ciertos tipos de refugiados, así como más competencias para la policía.