Una desesperada operación de rescate se ha llevado a cabo en Cape Cod (Massachussets), en una zona denominada Great Island o The Gut, del río Herring, donde unos 125 ejemplares de delfines quedaron atrapados en una playa por la marea baja, al menos diez de los cuales murieron. El Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) informó de que los delfines de cara blanca del Atlántico quedaron varados en una zona de muy difícil acceso, cubierta de "barro peligroso". Más de 25 miembros de esta organización y más de un cententar de voluntarios participaron en este rescate, intentando auxiliar los delfines, en lo que se considera "el acontecimiento de encallamiento masivo más grande de nuestra historia", según reconoció la portavoz del IFAW, Stacey Hefman. La operación contó con tres barcos pequeños y pingers submarinos (dispositivos acústicos que los delfines pueden escuchar) para intentar devolver a los mamíferos a aguas más profundas.

Un punto caliente por la fluctuación de las mareas

Cape Cod es una península en el extremo oriental del estado de Massachusetts (en el nordeste de los Estados Unidos), con forma de gancho, que se encuentra sobre el océano Atlántico, y según los expertos, "es un punto caliente global a causa de la curvatura de las costas y la fluctuación de las mareas. "No hay ningún motivo establecido para que estos delfines se encallen", aseguran desde el IFAW. No es la primera vez que los delfines quedan varados en esta zona y la organización tiene que actuar para liberarlos cuando quedan atrapados en el barro cuando baja la marea. Para este rescate masivo, el más grave de los 25 años de historia del Fondo Internacional para el Bienestar Animal, la organización también contó con el apoyo|de Whale and Dolphin Conservation, el Centro de Estudios Costeros, AmeriCorps de Cape Cod y el New England Aquarium.

Cape cod bay
Vista aérea de Cape Cod

Una decena de delfines muertos

Unos diez delfines ya habían muerto cuando el personal de IFAW y los voluntarios llegaron a la zona, dijo Hefman. Ante el gran número de delfines angustiados, los rescatadores también intentaron hacer una selección y dar apoyo a los animales, cubriéndolos con toallas húmedas e hidratándolos con agua, dado que, aunque el viernes las temperaturas fueron más bajas, los delfines corrían el riesgo de quemarse la piel por el sol  y sobrecalentarse si permanecían en la playa hasta que subiera la marea, explicó Hefman. Imágenes aéreas captadas por WCVB mostraron docenas de delfines inmóviles, estirados en la costa viernes por la tarde, y los voluntarios ayudando a los delfines, intentando empujarlos hacia aguas más profundas.

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