El quinto sábado de movilizaciones de los chalecos amarillos se ha saldado con incidentes, pero mucho menos violentos que los de semanas anteriores. El centro de París estaba bloqueado por miles de policías, que incluso llevaban vehículos blindados y cañones de agua. Algunos manifestantes, a pesar de todo, han llegado hasta la zona de los Champs Élysées, pero los grupos no eran numerosos: el gobierno francés los cifraba en tan sólo un millar.
Incidentes a Opera
Aunque durante la mañana la policía no ha cargado con mucha violencia, a partir del mediodía ha usado gases lacrimógenos en la zona de Opera. Los manifestantes han provocado incidentes aislados y han cerrado la estación de Saint-Lazare. No han faltado las identificaciones ni las detenciones, pero han sido mucho menos cuantiosas que las de las semanas anteriores (al mediodía había medio centenar de detenidos). El anuncio por parte de Macron del aumento del salario mínimo y otras medidas sociales ha desincentivado a los manifestantes. Por otra parte, los estallidos violentos de las últimas semanas también han provocado un cierto rechazo de parte de los ciudadanos disconformes con Macron, que han preferido quedarse en casa.
Establecimientos abiertos
Los comerciantes parisinos estaban muy preocupados por la posibilidad de que los incidentes les obligaran a cerrar de nuevo en plena campaña de Navidad, pero buena parte de los locales del centro de París han estado abiertos todo el día, protegidos por un amplio dispositivo policial.
Fuera de París
Fuera de París también ha habido concentraciones en las principales ciudades francesas. En muchos lugares, los piquetes de "chalecos amarillos" han bloqueado la circulación en cruces de carreteras y vías principales. En algunos lugares la policía ha anunciado que disolvería las manifestaciones no autorizadas (muchas movilizaciones no cuentan con el preceptivo permiso ministerial). Pero, hasta primera hora de la tarde, en la mayor parte de ciudades los incidentes habían sido menores, quizás por el despliegue espectacular de fuerzas policiales.
Extensión internacional
Los "chalecos amarillos" han empezado a expandirse internacionalmente. Además de las protestas en Francia, se han empezado a hacer presentes en Bélgica y en Holanda. En Bruselas, donde los chalecos amarillos se manifiestan por tercer fin de semana, había entre ellos numerosos miembros de grupos de extrema derecha. La manifestación, que ha empezado por la tarde, ha estado estrictamente vigilada por las fuerzas y cuerpos de seguridad. En los últimos días el movimiento de los chalecos amarillos también se ha expandido a Montenegro, a Bulgaria e incluso a Israel.
La frontera catalana, cerrada
La acción de los chalecos amarillos ha provocado el cierre de la autopista A-9, la continuación de la AP-7, entre El Volós y Perpinyà. Los manifestantes primero han aplicado una "operación caracol", filtrando a los coches y obligándolos a circular a poca velocidad, pero más tarde han cortado la autopista con una quema de neumáticos, lo que ha provocado el corte de la vía. La AP-7 se ha cortado ya a la altura de Figueres Nord, para evitar bloqueos. Los coches son desviados hacia la N-II y los camiones son destinados a parkings.