Después de semanas de protestas por la restrictiva política de covid cero que impulsaba el gobierno chino, este se decidió a retirarla. Eso, su retirada fue tan brusca como su imposición. Sin embargo, la falta de moderación a la hora de levantar las restricciones han abierto una vía de contagio desmesurada que está consumiendo el país. Según informa The Guardian, las autoridades reconocen que en los últimos días han muerto menos de 10 personas, pero estos datos no convencen a los expertos, que apuntan que puede ser de las peores olas que ha vivido el país.
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Los informes que salen de hospitales y tanatorios apuntan que esta nueva ola se está cobrando muchas vidas en China. Por su parte, las autoridades están tratando de reforzar el sistema sanitario para que este pueda asumir la carga de esta nueva ola. Más camas de cuidados intensivos, más trabajadores sanitarios, más medicamentos contra la covid, en definitiva todo lo que hace falta para hacer frente a una gran ola de coronavirus.
Se espera que la ola actual alcance su máximo en las principales ciudades del país este mismo mes de diciembre. Tono y eso, ya se calcula que posteriormente vendrán una segunda y una tercera ola provocadas por los viajes para celebrar el año nuevo chino y la posterior vuelta al trabajo.
Una retirada necesaria
Si bien las protestas que se extendieron por las principales ciudades del país ejercieron una presión notable contra el gobierno de Pekín, no va la única. Tanto o más importante que las protestas es la economía china, la cual se estaba resintiendo por las medidas sanitarias. Desde el inicio de la pandemia, la economía de la China, como la de todos los países, se ha visto sacudida. Sin embargo, mientras otros países volvían a su actividad regular hace meses, la política de covid cero restringía esta vuelta a la normalidad.
La retirada de las restricciones permite que los trabajadores vayan en su lugar de trabajo si dan positivo, pero al mismo tiempo, muchos caen enfermos por la rapidez con que el virus se está derramando, ya que ha pasado de tener muchas barreras a no tener ninguno. Todo deja una población con unas tazas de inmunización no masas altas después de tres años de nuevo ante la covid. Todo está empujando a los ciudadanos chinos a mostrar su malestar a través de las redes sociales, tan controladas por el mismo estado.