La tensión entre los Estados Unidos y China no es solo comercial. La imposición de nuevas tasas en el país asiático por parte de Donald Trump ha abierto la puerta a una guerra comercial a gran escala, pero, además, en el ámbito militar, Pekín ha ignorado la propuesta de la Casa Blanca de recortar a la mitad el presupuesto en defensa de las grandes potencias, elevando todavía más la tensión entre ambas naciones. El ejecutivo chino ha aumentado por tercer año consecutivo su gasto en este apartado en un 7,2%, llegando a los 245.600 millones de dólares. El primer ministro, Le Qiang, ha aseverado este miércoles a la sesión inaugural de la Asamblea Nacional Popular (ANP) que el país mantendrá intactos sus esfuerzos por "mejorar la preparación para el combate y salvaguardar la soberanía nacional" después de adelantar previamente que el gasto militar es "completamente necesario".
China se desmarca así del ofrecimiento de Trump para negociar junto con Rusia una reducción del gasto militar. Pekín ha dado a conocer el nuevo presupuesto en medio de las crecientes tensiones con Taiwán, la isla de gran valor comercial para los Estados Unidos que el ejército chino tiene entre ceja y ceja. En este sentido, Le Qiang ha manifestado que el gobierno del cual forma parte siempre se opondrá a "las actividades separatistas y a las interferencias externas" para defender con todos sus medios "la causa de la reunificación". Las palabras del mandatario han provocado los aplausos de los casi 3.000 representantes que han asistido a la sesión del ANP. El presidente chino, Xi Jinping, que este miércoles ha tenido el rol de supervisor, siempre se ha mostrado dispuesto a tomar la isla por la fuerza si fuera necesario.
Durante su intervención, Le Qiang ha reconocido la "creciente complejidad del entorno exterior" y ha explicado que el retorno de Trump a la Casa Blanca amenaza con "un impacto mayor" al país en los campos comercial y tecnológico. "El unilateralismo y el proteccionismo son un golpe a la estabilidad de las cadenas de suministro globales", ha indicado. El primer ministro chino hace referencia a la guerra comercial que el magnate republicano ha iniciado con Canadá y México al aplicarles aranceles del 25%, y con China, doblando hasta el 20% los bienes que exporta al país norteamericano. Estas tasas se suman en las que el republicano ya impuso al país asiático durante su primer mandato, entre el 2017 y en el 2021. Si alguna cosa deja clara la sesión de hoy en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, el majestuoso hemiciclo donde el régimen comunista se reúne desde ya hace 65 años, es que China no cede ante los gestos hostiles de la Casa Blanca.