China ha decidido poner punto final a su programa de adopciones internacionales. El gobierno chino ha dado por terminado de manera oficial su programa de adopciones internacionales a partir del 28 de agosto del 2024. La ministra de Asuntos Civiles de China, Mao Ning, ha dicho este jueves en una rueda de prensa que ya no enviarán a más niños al extranjero para ser acogidos. Esta decisión marca un giro en la regulación de este más que sensible asunto, ya que se permitirá únicamente que extranjeros adopten hijos o hijastros de sus familiares hasta tercer grado de consanguinidad, siempre bajo condición que el proceso se haga dentro de las fronteras chinas.
Las autoridades han subrayado que la medida se alinea con convenios internacionales y que el objetivo es fortalecer el control sobre estos trámites, asegurando un proceso más transparente y efectivo. Asimismo, tal como destacan diferentes periódicos, la funcionaria ha expresado su agradecimiento a las familias y gobiernos de otros países que han mostrado interés en adoptar en el país asiático, instándolos a fomentar el diálogo con las autoridades para aclarar los flecos sobre este proceso. Esta decisión refleja un esfuerzo internacional más amplio por garantizar que las adopciones transnacionales se hagan de manera transparente, ética y en el mejor interés de los niños implicados.
Por otra parte, este cambio se produce en un contexto demográfico complejo, resultado de la histórica política del hijo único, que ha dejado una huella profunda en la estructura familiar china y en la disponibilidad de niños para ser acogidos. Con el envejecimiento preocupante de la población y una tasa de natalidad en descenso, el país busca resolver la situación.
La política del hijo único
China aplicó la controvertida política del hijo único entre 1980 y el 2015 para controlar la natalidad del país. Desde entonces, Pekín ha levantado gradualmente el límite de natalidad de uno a dos hijos, después en tres en el 2021, en un intento de detener una crisis demográfica inminente. La política del hijo único puede haber desaparecido, pero ha provocado heridas a la sociedad china. Mujeres afectadas por las luchas de sus padres y los mismos sacrificios como hijas, bajo el pretexto de la política de hijo único. Ahora, estas mujeres, que ya son adultas, ya ven la maternidad con cierta reticencia. Un hecho que provoca que las campañas del gobierno sean complicadas de vender.
En más de 30 años de política de hijo único en China, se estima que 20 millones de niñas "desaparecieron" a causa de abortos selectivos por sexo o infanticidio, según habría dicho a la CNN Le Shuzhuo, director del Centro de Investigación de Población y Política Social de la Universidad Xi'an Jiaotong de China.
Durante el reinado de política del hijo único, había 19 provincias que permitían a las parejas rurales tener un segundo hijo —si el primero era una niña—. Esta variante, introducida en 1984, reforzaba la preferencia tradicional china por los hijos varones, e implicaba que las niñas no eran suficiente o que valían la "mitad", tal como señalaba un estudio académico chino, publicado el año pasado.