El humorista Tony Hinchcliffe, simpatizante de Donald Trump, fue uno de los primeros en hablar desde el escenario en el acto del candidato republicano a la Casa Blanca en el Madison Square Garden de Nueva York y fue también, en medio de una avalancha de hipérboles e insultos, quien más la lió, al menos con respecto a las repercusiones políticas. Dijo que "hay una isla de basura en medio del océano", que "se llama Puerto Rico", lo que generó la reacción de los republicanos latinos e incluso ha hecho que Trump se desmarcara de esas palabras.
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El cómico, que también bromeó sobre que los latinos no paran de tener hijos, hizo enfadar a la comisionada de Puerto Rico en la Cámara de Estados Unidos, Jenniffer González, del Partido Republicano y que apoya a Trump. "Las expresiones del comediante Tony Hinchcliffe son despreciables, desacertadas y asqueantes. Lo que ha dicho no es cómico", ha expresado en redes.
La campaña de Trump ha declarado, a pregunta de la televisión NBC, que no se identifica con las palabras del cómico, pero el propio Trump y todo el resto de miembros del partido que han participado en el mitin no han aprovechado sus respectivos discursos para desmarcarse de ellas.
Los cantantes de Puerto Rico Bad Bunny, Jennifer López y Ricky Martin han reaccionado al comentario publicando su apoyo a Kamala Harris, que justo unas horas antes había hecho públicas medidas para el Estado asociado de Puerto Rico. Harris anunció que invertiría en pequeños empresarios del país, que crearía un grupo de trabajo para buscar oportunidades laborales y de crecimiento en el país y que trabajaría para que los puertorriqueños tuvieran un acceso igual que los de Estados Unidos a la sanidad y a otros beneficios sociales.
Aunque los ciudadanos de Puerto Rico no pueden votar en las elecciones de Estados Unidos, sí que pueden hacerlo unos 4,6 millones de los que viven en el país. Integran, además, comunidades latinas que estaban, según las encuestas, disminuyendo su apoyo al partido demócrata —todavía mayoritario— para votar a Trump. Las áreas con más puertorriqueños son Nueva York, Filadelfia, capital del estado clave de Pensilvania, y Florida.
Con unas encuestas empatadas, todo el mundo coincide en que los estados péndulo y las minorías tendrán un papel clave en las elecciones del próximo 5 de noviembre. Habrá que ver el efecto que tiene este incidente no solo en los puertorriqueños, sino también en los 36 millones de ciudadanos de origen latinoamericano con derecho a voto en los comicios presidenciales.