ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
Las famosas marcas de alimentación McDonald's y Coca-Cola han anunciado que cierran temporalmente todos sus puntos de venta en Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania por parte del Kremlin. Varias empresas de alimentos y bebidas como KFC, Burger King y PepsiCo están bajo una presión creciente por parte de los usuarios de las redes sociales y de las principales figuras para sacar su negocio del país. En un breve comunicado, el gigante de los refrescos dijo que seguirá vigilando y evaluando la situación a medida que evolucionen las circunstancias.
"Nuestros corazones están con la gente que está sufriendo los horribles efectos de estos trágicos acontecimientos en Ucrania", señaló la compañía con sede en Atlanta. La decisión de Coca-Cola se conoce en el mismo día en que otros símbolos del capitalismo estadounidense como McDonald's y Starbucks han anunciado también que suspenden sus operaciones en Rusia. El gran competidor de Coca-Cola, PepsiCo, también está explorando opciones con su importante negocio en Rusia en respuesta a los repetidos llamamientos a empresas de los EE.UU. para que abandonen el país, según adelantó hoy The Wall Street Journal. PepsiCo, según el Journal, es poco inclinada ahora mismo a parar sus actividades en Rusia, que incluyen un crucial negocio lácteo que compró hace una década y que dan trabajo a unas 20.000 personas.
McDonald's ha dicho que los 850 restaurantes del país cerrarán las puertas, pero seguirá pagando a las 62.000 personas que trabajan. McDonald's es propietario del 84% de sus restaurantes en Rusia y aportaron el 9% de los ingresos de la compañía el año pasado. En una carta a los empleados, el presidente y consejero delegado de la compañía, Chris Kempckinski, dijo que cerrar los puntos de venta es el correcto porque no pueden ignorar el "sufrimiento humano innecesario en Ucrania".
La revolución de las cadenas de fast food
El boicot de muchas marcas multinacionales hacia Rusia podría ser la punta de lanza de hacer despertar, en parte, la población rusa. Aquellos que se manifiestan son duramente castigados, perseguidos, encarcelados e, incluso, no se descarta instaurar la pena de muerte a corto plazo por parte del presidente Vladímir Putin. Pero el silencio que impera con su ley contra la libertad de expresión, la persecución que ejecuta punto por punto a través de las redes sociales y los medios de comunicación, y un discurso monótono y de odio constante hacia sus enemigos a través de la propaganda del Kremlin confunden cada vez más la población rusa, aislada de muchos elementos de la realidad que ayudarían a tener una opinión propia con más elementos para llegar a sus propias conclusiones.
Es por eso que los principales especialistas de un think-tank político aseguran que si el boicot aumenta y se replica en otras marcas, podría hacer tomar conciencia a la gran mayoría rusa del problema en que se encuentran inmersos y de una guerra contra Ucrania con que en ningún momento se ha citado como tal. Muchas empresas norteamericanas que todavía están en Rusia permanecen en silencio. Marcas como McDonald's, Bunge, Mondelez, Estee Lauder, Kimberly-Clark no han cerrado las puertas. De otras, tradicionalmente americanas, pero vendidas a otros fondos de inversión tampoco dicen nada. Encontramos el ejemplo más claro en Starbucks, que dijo que sus 130 cafeterías en Rusia son propiedad de un conglomerado kuwaití. El gigante del café se ha comprometido a dar las ganancias del negocio en Rusia a los esfuerzos humanitarios en Ucrania. Pero hasta aquí. Y el mismo pasa con Yum Brands, que dijo que los suyos aproximadamente 1.000 restaurantes KFC y 50 Pizza Hut en Rusia son operados casi todos para|por propietarios independientes bajo licencia o acuerdos de franquicia.