La compañía aeroespacial Blue Origin, del multimillonario Jeff Bezos —fundador de Amazon— ha lanzado por primera vez con éxito su cohete New Glenn desde el Centro Espacial Kennedy en Flòrida, después de que este lunes se tuviera que cancelar por "algunas anomalías" identificadas durante la cuenta atrás. Finalmente, tras 4 aplazamientos, el poderoso cohete reutilizable de 98 metros de altura, la misma que la Estatua de la Libertad, se ha elevado esta madrugada con destino a la órbita terrestre baja. Solo 15 minutos después del lanzamiento, el control de misión ha confirmado que había perdido la primera etapa del cohete, que tendría que haber aterrizado en una embarcación en el Atlántico, uno de los importantes logros de la misión, que los hubiera puesto a la altura técnica de SpaceX.

Este lanzamiento marca el inicio de una lucha por el espacio, ya que, las dos personas más ricas del mundo —Bezos y Elon Musk— empiezan a competir para dominar el espacio. New Glenn tiene el objetivo de competir con los Falcon de SpaceX. El lanzamiento ha sido un éxito y el vehículo ha ejecutado el vuelo según lo que está previsto después del despegue. Sin embargo, la empresa ha recordado que se trata de un vuelo de prueba del que aprender para mejorar de cara a los siguientes vuelos.

¿Cómo es el cohete New Glenn? 

Con una altura equivalente a 30 pisos, New Glenn, que lleva el nombre de John Glenn, en honor al primer estadounidense en orbitar la Tierra en 1962, está catalogado como un "lanzador de carga pesada", capaz de colocar cargas útiles importantes en la órbita baja de la Tierra. Se espera que pueda transportar hasta 45 toneladas en órbita, lo cual supone más del doble de la capacidad que es capaz de transportar el Falcon 9 de SpaceX, que puede levantar cerca de 22 toneladas, a pesar de que no consigue la capacidad de hasta 63,8 toneladas que llega el Falcon Heavy. El cohete tiene siete robustos motores BE-4, fabricados por Blue Origin y que ya fueron utilizados el año pasado en los Vulcan Centaur del consorcio privado United Launch Alliance (ULA). La potencia de estos motores le permite al New Glenn volar a más de 28.000 kilómetros por hora, velocidad con la cual conseguirá la órbita terrestre baja e incluso la geoestacionaria (además de 36.000 kilómetros de la Tierra). También tiene un carenado de siete metros que le otorga más volumen para la carga útil que los cohetes de clase más pequeña, de carenado de cinco metros.

El objetivo prioritario del cohete es situar en órbita el satélite Blue Ring Pathfinder, de la misma compañía Blue Origin. A pesar de que, desde la compañía aseguran que el objetivo principal de esta noche era conseguir entrar en órbita por encima de todo y, sin embargo, la primera etapa ha iniciado su descenso controlado y ha estado cerca de aterrizar. El éxito de la misión NG-1, que se ha seguido desde el control de misión por Jeff Bezos, supone el primer paso porque esta nueva gama de cohetes de Blue Origin obtenga las certificaciones necesarias que le permitan acometer misiones de Seguridad Nacional del gobierno de Estados Unidos, así como transportar satélites y otras cargas pesadas de clientes privados. El New Glenn ha llevado una versión de prueba de Blue Ring Pathfinder, el módulo de transporte de cargas útiles de la compañía espacial y que ha sido diseñado para operar en varias órbitas.

Lucha por el espacio 

La compañía de Jeff Bezos —fundada en el 2000— había obtenido unos éxitos modestos y, precisamente, los ha conseguido con su cohete reutilizable para vuelos suborbitales New Shepard con el que ha llevado a clientes particulares hasta las fronteras del espacio, a unos 96 kilómetros de altura, y además ha hecho algunas pruebas científicas en microgravedad. El New Glenn El cohete ha sido desarrollado durante más de una década y el éxito de la misión NG-1 es clave para los planes futuros de Bezos.

En paralelo, SpaceX durante todo el 2024 ha volado sus cohetes Falcon Heavy y Falcon 9 un total de 134 veces. Además, también ha enviado unos 7.000 de sus Starlink, sus satélites de banda ancha, delante a los cuales Blue Origin busca competir con su constelación de más de 3.000 satélites Kuiper. La NASA ha encargado a ambas compañías el desarrollo de módulos de aterrizaje de tripulación y carga para las futuras misiones del programa Artemis, con el cual la agencia espacial estadounidense busca volver al satélite terrestre.