Miles de personas ya hacen cola junto al río Támesis para entrar en el Palacio de Westminster, sede parlamentaria del Reino Unido en el corazón de Londres, para visitar la capilla ardiente de la reina Isabel II, que acaba de abrir las puertas para el público general. El féretro, transportado desde Escocia donde la reina escogió morir, ha llegado al Hall de Westminster en torno a las 15 h de la tarde (hora local), donde han empezado las preparaciones para las visitas de los centenares de miles de personas que se espera que se desplacen a la capital británica por dar el último adiós a la monarca. La cola por la capilla ardiente ya hace más de tres kilómetros de largo.
El féretro de Isabel II llega a Westminster
Los despojos de Isabel II han sido transportados este miércoles desde el palacio de Buckingham en el de Westminster en carruaje, sobre un suelo empedrado expresamente cubierto de arena para evitar que los zarandeos hagan caer la corona imperial. Los cañones de Hyde Park y la campana del Big Ben se han podido sentir una vez cada minuto. El féretro ha sido custodiado por la guardia real y seguido por el rey Carlos III y sus hermanos, Ana, Andrés y Eduardo, además de los hijos del nuevo monarca, Guillermo y Enrique. Como exige el protocolo para una ocasión como esta, el rey Carlos III viste uniforme ceremonial con el rango de mariscal de campo y lleva el bastón de mariscal que le había entregado a su madre en 2012, así como la condecoración de la Orden del Mérito, mientras que su hijo y heredero, Guillermo, lleva uniforme de la Real Bastante Aérea (RAF) y varias medallas concedidas por su abuela. La reina consorte, Camila, ha llegado a Westminster con la limusina real junto con la princesa Catalina.
Capilla ardiente
Una vez dentro del Hall, ha tenido lugar un breve servicio religioso anglicano y se han llevado a cabo las preparaciones por la capilla ardiente en féretro cerrado, que ha abierto al público a las 17 h (hora local). Los invitados, entre ellos la nueva primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, y el jefe de la oposición, Keir Starmer, han desfilado delante del féretro y han hecho una reverencia. A partir de este momento, todo el mundo que quiera podrá visitar a la reina. Y es que la capilla ardiente permanecerá abierta las 24 horas del día hasta que tenga lugar el funeral el lunes que viene.