El día a día en la ciudad portuaria y ocupada de Mariúpol es complicado. Los vecinos siguen viviendo sin agua corriente, ni electricidad, ni gas. Cocinan lo que pueden y como pueden en los jardines y patios de la ciudad. El mismo lugar que utilizan para fregar y lavar la ropa, que después tienden como pueden entre cordeles. Las colas para conseguir llenar botellas de agua y alimentos son kilométricas. Entre los escombros se esconden todavía cuerpos, que el calor del verano hace que se descompongan más rápidamente y, como consecuencia, apeste. Aparte de eso, esta situación no hace más que aumentar el riesgo de posibles epidemias dentro de la ciudad y los habitantes empiezan a tener problemas intestinales. No se sabe a ciencia cierta cuántos civiles podrían haber muerto en la ciudad, pero las cifras oscilan entre 22.000 o 24.000. Tampoco se tienen cifras exactas de cuántas personas quedan dentro de la ciudad, aunque el Ayuntamiento de Mariúpol, cree que podrían ser unas 150.000 personas. Esta semana se ha sabido que en la región de Donetsk, los rusos estarían reclutando trabajadores para los campos de filtración, a través del envío de mensajes SMS.
Colas para conseguir comida
En este contexto, miles de personas se acercan hasta la zona del centro comercial Metro para poder conseguir comida, agua o lo que sea. Pero tal como se puede ver en el vídeo cedido por el Ayuntamiento de Mariúpol, conseguir paquetes de ayuda humanitaria no es nada fácil. Hablamos brevemente con el teniente de alcalde de la ciudad de Mariúpol, Sergiy Orlov, que nos atiende desde Zaporiyia y nos explica que son habituales las colas para conseguir alimentos y las peleas entre los mismos ciudadanos por la imposibilidad de hacerlo. La ayuda es escasa, nos repite. En conversación con ElNacional.cat, explica que cada día se reparten entre 100 y 200 cajas de comida para todas las personas que, incansablemente, se acercan cada día en el punto de encuentro. Como se puede ver en las imágenes, estas cajas de alimentos son insuficientes. Hay que recordar que la única ayuda humanitaria que llega a la ciudad viene de Rusia. En Mariúpol no puede entrar ni la Cruz Roja, ni Cáritas, ni ninguna organización. "Piensa que hay unas 150.000 personas todavía en Mariúpol, más o menos. Y solo unas 100 o 200 cajas de comida por día. No es suficiente, la gente se pelea por la comida".
En este sentido, destaca que tampoco se sabe desde qué punto llega esta ayuda. "Los residentes están obligados a luchar por la ayuda humanitaria que viene de Rusia porque realmente no hay otra fuente de alimentación. No hay nada". ¿Sin embargo, cómo funciona el proceso? ¿Cómo se hace para poder conseguir un poco de comida? Tal como explica Orlov, hay que apuntarse a la cola, que normalmente es tan larga que se tiene que hacer con un día o dos de margen para que te pueda acabar tocando un paquete de comida. "El día que supuestamente te toca, tienes que ser de estas primeras 100 o 200 personas afortunadas que pueden conseguir comida. Muchos de ellos, directamente, viven en la cola para no perder la oportunidad de recibir algo".
"Esta cola se produce a la intemperie, bajo el calor del verano. Hay que esperar para tener agua y comida". Además, también destaca que los productos a veces están pasados. "Los alimentos no siempre tienen la mejor calidad o no están en un estado óptimo. Algunos se estropean enseguida, piensa que no hay neveras porque no hay electricidad". Y después de obtener estos paquetes de ayuda. Vuelve a empezar. "Un día o dos después de todo este proceso, hay que volver a realizar todos estos pasos".