El pasado 27 de enero, el grupo rebelde 23 de Marzo (M23) tomó el control de Goma, la mayor ciudad del este de la República Democrática del Congo (antiguo Zaire), y empezó un avance que le ha permitido tomar otras ciudades de la región y que ha avivado un conflicto armado que ha provocado una crisis humanitaria que ha sumido al país en el caos y ha dejado centenares de miles de muertos, millones de desplazados y una población en la absoluta pobreza y desesperación, sometida al hambre, la violación y los abusos de los derechos humanos. El conflicto tiene raíces históricas que se remontan al genocidio de Ruanda en 1994, pero detrás de esta guerra hay una estrecha y compleja relación entre los grupos armados y los minerales raros y estratégicos que forman parte de los recursos naturales de la RDC, como el coltán (del que se extrae el tántalo y el niobio), y de otros como el cobalto, el cobre, el uranio, el oro, los diamantes, la casiterita (del que se extrae el estaño) o la wolframita (del que se extrae el tungsteno). Estos minerales atraviesan las fronteras de forma clandestina para que otros se puedan enriquecer gracias a ellos, mientras la población congoleña está sumergida en la pobreza.
La demanda provoca explotación y contrabando
La extracción de estos metales raros, especialmente el coltán, ha sido fuente de conflictos y problemas en la región, donde se estima que hay más de 120 grupos armados que se lucran con la extracción ilegal de este mineral. La demanda internacional de estos metales, particularmente para la industria electrónica, ha intensificado la explotación y el contrabando ilegal. La explotación de estos recursos ha provocado violaciones de los derechos humanos y daños ambientales significativos. La razón es que la República Democrática del Congo es uno de los mayores productores de coltán del mundo -algunas fuentes afirman que posee aproximadamente el 80% de las reservas mundiales estimadas aunque otros dan cifras muy inferiores-, lo que lo convierte en un país clave para la producción de tántalo y niobio, metales esenciales para la industria electrónica y otras tecnologías avanzadas. Por eso, el coltán es considerado un "mineral de conflicto", a causa del papel que juegan en la financiación de estos grupos armados, y a los intereses de países vecinos, como Ruanda, que está detrás del M23 (aunque el país lo niega), y otras potencias extranjeras y multinacionales tecnológicas que también están implicadas indirectamente en el conflicto al adquirir estos minerales, sin garantías de su origen ético.
¿Qué es, que vale y para qué se utiliza el coltán?
El coltán, también conocido como en oro azul o el petróleo de barro, es una roca donde se presentan dos minerales estratégicos, la columbita (que contiene el elemento niobio o columbi) y la tantalita (su elemento es el tántalo o tantalio), de aquí su nombre. Es un mineral escaso, muy buscado y codiciado, que ha pasado de ser una curiosidad mineralógica a convertirse en un material esencial por sus aplicaciones actuales. En el año 2000 su precio experimentó un aumento drástico, pasando de los 65 dólares por kilo a los 550 dólares. Actualmente, su precio es de unos 400.000 dólares por tonelada, y los mineros de la RDC cobran entre 2 y 5 dólares por kilo de coltán que extraen. Según algunas fuentes, en el 2008 los grupos armados ganaron aproximadamente 185 millones de dólares con el comercio de este mineral.
Del coltán se extrae el tántalo, que se utiliza para fabricar condensadores de equipos electrónicos, como los smartphones, las tabletas inteligentes y los ordenadores, cosa que permite reducir el tamaño de las baterías y mejorar su eficiencia. El tántalo se utiliza también en los microprocesadores, porque ayuda a mantener la integridad de los transistores dentro de los chips. El óxido de tántalo se utiliza para producir lentes de cámara más finas y pequeñas. También en aleación para aviones, turbinas, y reactores nucleares a causa de su resistencia a las altas temperaturas y la corrosión, y se considera un material esencial por futuras expediciones espaciales. En medicina, se utiliza en el acero quirúrgico, así como para recubrir prótesis humanas, ya que no es reactivo ni irritante para los tejidos. Tiene también aplicaciones en la industria automotriz, en la fabricación de sensores, circuitos integrados y sistemas de navegación. Sirve también para producir discos duros por su conductividad eléctrica y resistencia a la corrosión, en la creación de electroimanes potentes para resonancias magnéticas y aceleradores de partículas, y también se utiliza en televisores, cámaras y relojes inteligentes, mejorando la calidad de la imagen y el sonido.
Según The Africa Report, el grupo armado M23, apoyado por Ruanda, se apoderó en abril del 2024 del yacimiento de Rubaya, una de las concesiones de coltán más productivas del mundo, en el este de la RDC, y desde entonces, un informe de la ONU estima que se extraen 120 toneladas de este preciado mineral cada mes y después se exportan a Ruanda, lo que le reportaba un beneficio de 800.000 dólares en el mes. Ahora, con la reciente captura el 27 de enero de Goma, el M23 ha fortalecido su control sobre la región rica en minerales en el este del país, y se estima que las exportaciones han subido hasta las 150 toneladas en el mes.