La Administración de Joe Biden ha autorizado que Ucrania ataque Rusia con armamento estadounidense de largo alcance. Se trata de una decisión sin precedente, que responde al aumento de la presión militar rusa con el apoyo norcoreano y la aproximación de una nueva era de Donald Trump, contraria a los intereses de Kyiv. Washington se había negado anteriormente a permitir este tipo de ataques con misiles ATACMS fabricados en los Estados Unidos porque temía que escalarían la guerra. Sin embargo, ahora han dado luz verde al ejército ucraniano, una decisión que abre muchas incógnitas y hace presagiar consecuencias, dentro y fuera de Ucrania.
¿Qué tipo de misiles se han autorizado y qué efecto tendrán en el campo de batalla?
Las armas autorizadas son misiles supersónicos guiados denominados ATACMS, que pueden transportar cabezas convencionales o de dispersión, y tienen un alcance de unos 300 kilómetros. Por ahora, la Casa Blanca ha autorizado su uso solo en la región de Kursk, una de las más castigadas por los últimos ataques rusos.
Con este armamento de largo alcance, Ucrania puede golpear objetivos dentro de las fronteras rusas. Ucrania puede utilizar el ATACMS para defenderse del asalto, apuntando a posiciones rusas, como bases militares, infraestructuras y almacenaje de municiones, según señala la BBC. Sin embargo, la misma cadena británica apunta que el suministro de los misiles probablemente no será suficiente para cambiar el rumbo de la guerra. El equipo militar ruso, como aviones, ya se ha trasladado a aeródromos más en el interior de Rusia en previsión de esta decisión.
Si bien la decisión de Washington no tiene por qué cambiar radicalmente la situación de la guerra en Ucrania, sí que genera un precedente. La decisión de la Administración Biden abre la puerta a otros gobiernos a hacer lo mismo. Lo más probable es que el Reino Unido y Francia siguen los pasos estadounidenses y den permiso en Ucrania para utilizar misiles Storm Shadow en Rusia, unos misiles de crucero de largo alcance.
Primera respuesta de Rusia
El Kremlin ha acusado los Estados Unidos tirar "leña al fuego". "Es evidente que la Administración saliente en los EE.UU. tiene intención de seguir tirando leña al fuego y seguir provocando una escalada de la tensión en torno a este conflicto", ha afirmado Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Ha subrayado que si se confirma que Occidente ha dado luz verde a Kyiv, eso significará "cualitativamente una nueva fase de tensión y una nueva situación con respecto a la implicación de los EE.UU." a la contienda. "Putin ya lo explicó con meridiana claridad. Estos ataques no los efectúa Ucrania, sino los países que dan la autorización", ha sentenciado.