Han cerrado los colegios electorales en la mayor parte de los estados de los Estados Unidos y Donald Trump y Kamala Harris se juegan la Casa Blanca en unas elecciones a las que han llegado sin favorito, con pronósticos muy ajustados y con un clima político de alta tensión por la polarización política entre conservadores y 'liberals' (progresistas). La tensión llegó a las cuotas más altas a raíz del asalto al Capitolio del 2021 que protagonizaron los más fervorosos seguidores del expresidente y candidato republicano a la reelección al perder ante Joe Biden y que acabó con 5 muertos, 140 heridos y numerosos condenados.
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Las elecciones presidenciales en los EEUU son indirectas y se deciden por los votos electorales o votos en el grupo "de electores" de cada estado. Hay un total de 538 votos electorales en juego asignados a cada estado en función de su población. Quien gana en un estado se lleva todos sus votos electorales. Los estados con más peso por el número de votos electorales son California (54), Texas (40), Florida (30) y Nueva York (28), todos ellos estados que ya se consideran claramente demócratas o republicanos. Los estados clave, los denominados 'swing states' o estados péndulo, porque en algunas elecciones han ganado azules y en otros rojos y siempre decantan la balanza, son Arizona, Georgia, Michigan, Carolina del Norte, Pensilvania, Wisconsin y Nevada.
Ahora mismo, hacia las 6:40 h, según los datos provisionales que da The New York Times, Donald Trump lidera en votos electorales con 246, ante los 210 de Kamala Harris. No ha habido sorpresas y el escenario es el esperable en los estados habitualmente republicanos o demócratas. Trump mantiene feudos republicanos como Texas, Oklahoma, Arkansas, los estados sureños de Florida, Tennessee, Missouri, Alabama, Carolina del Sur, Luisiana, estados del centro y norte rural como Montana, Dakota del Norte y del Sur, Nebraska, Wyoming, Utah o Kentucky y a importantes zonas del 'rust belt' (el cinturón de óxido, donde había la industria americana y hace tiempo que se alerta de decadencia económica y social) como Ohio, Missouri e Indiana.
Kamala Harris gana ya, de acuerdo con el citado diario, en los habituales feudos demócratas de la costa este, de Nueva Inglaterra: Nueva York, Vermont, Massachusetts, Connecticut, Rhode Island, Nueva Jersey, Delaware, Maryland. También en Illinois —donde está Chicago—, en el 'rust belt', y en el estado rural de Colorado. También lidera en California y Washington, estados claramente demócratas.
Con respecto a los 'swing states', el Times contabiliza que Trump coge la delantera en Arizona mientras se da por hecha su victoria en Georgia, Carlina del Norte y Pensilvania . En Wisconsin y Michigan todavía es demasiado pronto y el resultado es muy ajustado para identificar una tendencia hacia la demócrata o hacia el republicano, aunque en todos los casos toma la delantera Trump. En Nevada, el último de los "swing states", aún no ha empezado el recuento.
De momento, el diario de referencia neoyorquino da un 95% de posibilidad de victoria a Donald Trump. Parece que soplan vientos conservadores. De todos modos, la noche es larga e históricamente se da la tendencia del 'red mirage' (espejismo rojo), la sensación de que los republicanos ganan sobradamente las elecciones, y posteriormente se da el 'blue shift' (cambio azul) a medida que llega el voto anticipado por correo —habitualmente demócrata— y que se acaba el escrutinio en las ciudades grandes y zonas más pobladas —las ciudades habitualmente votan más demócrata y el mundo rural republicano.