El asalto del Ecuador a la embajada mexicana de Quito no ha quedado impune. Prácticamente todos los gobiernos de América del Norte y del Sur se han pronunciado para condenar con dureza unos hechos que han sobrepasado los límites de la diplomacia. El viernes de madrugada, agentes de la Policía Nacional ecuatoriana entraron armados y a la fuerza y en la sede mexicana para detener a Jorge Glas. Sobre el exvicepresidente del Ecuador pesa un orden de detención por presunta malversación, pero Glas se autodeclara inocente y víctima de lawfare. La embajada de México, donde el exvicepresidente del zurdo Rafael Correa llevaba|traía refugiado desde diciembre, estaba en proceso tramitar el asilo político que había solicitado cuando las fuerzas de seguridad ecuatorianas asaltaron el edificio diplomático para llevárselo. La reacción en cadena de los gobiernos americanos, tanto de izquierda como de derecha, ha sido contundente.
Para cuestiones de relaciones internacionales, siempre es deseado tener el apoyo de los Estados Unidos. En este sentido, México se ha llevado una importante victoria cuando el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, ha señalado que su país "condena cualquier violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, y se toma muy seriamente las obligaciones de los países bajo la ley internacional de respetar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas". Un mensaje crítico contra la actitud del Ecuador que, eso sí, no ha ido más allá, y ha ido acompañado de la recomendación de resolver las diferencias "de acuerdo con las normas internacionales".
En los continentes americanos, otros gobiernos de la derecha política se han pronunciado en contra de la acción orquestada por el gobierno aliado de Daniel Noboa. Así, Argentina ha anunciado que "se une a los países de la región en la condena de los hechos", en un comunicado que ha puesto por ejemplo un caso propio: desde el pasado 26 de marzo, seis opositores venezolanos se encuentran refugiados a la embajada argentina en Caracas. Similarmente, en Paraguay, el ejecutivo ha constado su "profunda preocupación" por los hechos y ha invitado al Ecuador a reflexionar sobre el "respeto" al derecho internacional. Y desde el Perú, se ha rechazado "toda transgresión a las normas de la Convención de Viena".
En la otra cara de la moneda, la izquierda americana también ha condenado la actitud del gobierno de Noboa, si bien con mucha más firmeza. Desde Venezuela, el ejecutivo de Nicolás Maduro ha tildado de "acto fascista" el asalto policial, que ha rechazado "contundentemente". También se ha manifestado la "solidaridad" con México desde Cuba, después de la "inaceptable violación de su embajada".
En otros puntos del continente, potencias regionales como el Brasil se han sumado similarmente al pronunciamiento generalizado. Lula da Silva ha expresado su "solidaridad" al presidente y "amigo" mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Desde Chile, se ha enviado "un abrazo fraternal" al mandatario y una condena por la "inaceptable" operación policial a Quito. Y Colombia ha lamentado que "se ha roto la soberanía de México al Ecuador", por lo que ha solicitado convocar una reunión extraordinaria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para abordar la cuestión. Otros países como Nicaragua, Honduras y Bolivia se han expresado en líneas similares, así como el expresidente del Ecuador Rafael Correa.
México agradece el apoyo
A su vez, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su agradecimiento por el apoyo internacional recibo después del incidente en la embajada de su país en el Ecuador, donde se produjo el asalto diplomático. López Obrador ha hecho un llamamiento a los ciudadanos mexicanos a la tranquilidad. "Respetamos el pueblo hermano de aquel país y a nuestros connacionales les pedimos comportarse con mucha prudencia para evitar el acoso y no caer en ninguna provocación", ha dicho, después de que ya se hayan dado protestas de mexicanos ante la embajada de Ecuador en Ciudad de México. El gobierno de López Obrador ya ha anticipado que presentará una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia por violaciones graves al derecho internacional.