La muerte del magnate británico Mike Lynch ha sido confirmada este jueves después de que los equipos de rescate italianos hayan recuperado su cuerpo del yate Bayesian naufragado en las costas de Sicilia, según han informado medios locales. Aunque no habrá una confirmación oficial hasta que la familia reconozca el cadáver, un funcionario del ministerio de Interior italiano ha confirmado la identidad del quinto cuerpo a la agencia Reuters. El cuerpo de Lynch fue encontrado este miércoles por la noche en el interior de la embarcación, pero al caer la noche el operativo se levantó y ha sido esta mañana que finalmente los buzos lo han llevado a la superficie. Antes de Lynch se habían recuperado cuatro cuerpos, que pertenecen a los matrimonios formados por el presidente del banco estadounidense Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer, y la mujer, Judy Bloomer, y el abogado del buffet Clifford Chance que representaba a Lynch, Chris Morvillo, y la mujer Neda Morvillo. Las cinco víctimas fueron localizadas en cabinas situadas a babor, lo que indicaría que se intentaron salvar hasta el último momento, ya que el barco se hundió a estribor.
Aunque algunos rumores apuntaban que uno de los cuerpos recuperados ayer era el de la hija de 18 años del magnate británico, Hannah Lynch, esta continúa desaparecida. El funcionario de Interior ha señalado que el cuerpo de la joven podría estar, como los otros, en el interior de la embarcación, que está hundida a más de 50 metros de profundidad en las costas de Palermo, o bien que podría haberse hundido en el agua mientras la embarcación naufragaba. Así, el dispositivo que continúa en marcha este jueves se centra en encontrarla.
La hipótesis de un error humano como causa del naufragio toma fuerza
Las evidencias apuntan que el Bayesian se hundió a consecuencia del temporal que la madrugada del lunes golpeó la costa siciliana. Sin embargo, no queda claro cómo se produjo el hundimiento de esta embarcación de lujo, que estaba equipada con las últimas tecnologías. Los fiscales italianos investigan los hechos como un posible naufragio negligente, y ya han interrogado al capitán del yate, el neozelandés James Cuttfield y los supervivientes. Según apuntan medios locales, la versión que sostienen es que la tormenta llegó de "golpe", pero hay ciertos elementos que han dado fuerza a la hipótesis de un error humano como causa del naufragio. Los buzos, que en las inmersiones para la búsqueda de los cuerpos han podido observar el barco, han informado de que no hay fugas en el casco y que el mástil principal, de 75 metros de altura, está intacto, a diferencia de algunas informaciones iniciales que aseguraban que se había roto. Un elemento que provoca incógnitas es que la orza, que tiene que garantizar la estabilidad del yate, estaba "parcialmente levantada".
Giovanni Costantino, fundador y consejero delegado de The Italian Sea Group, propietario de la compañía Perini Navi di Viareggio, que construyó el Bayesian en 2008, ha denunciado en una entrevista en el Corriere della Sera que "todo lo que se hizo revela una lista muy larga de errores" y sostiene que, a diferencia de lo que ha dicho el capitán, "todo era previsible". Costantino ha defendido que el yate era "uno de los barcos más seguros del mundo" y prácticamente "insumergible" y considera que la única explicación a la tragedia es que la embarcación se inundó a causa de una suma de negligencias. En primer lugar, ha apuntado que la llegada del temporal era previsible a partir de la predicción meteorológica. "Preguntaos: ¿por qué no salieron pescadores de Porticello aquella noche?", ha señalado. Por otra parte, ha apuntado que, al conocer la previsión de tormenta y fuertes vientos, habría habido que blindar el casco y la cubierta cerrando todas las puertas y escotillas, una acción que, según el estado del barco hundido, no se habría hecho, ya que al menos la puerta de popa estaba abierta.