La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) exhibió este domingo su desgarro interno, en la segunda jornada de un congreso federal marcada por las llamadas a la disciplina y amagos de rebelión de su corriente radical.
El copresidente de la AfD, Jörg Meuthen, tomó la palabra ante sus delegados para exigir orden, desde su condición de representante del sector más moderado y mientras los contrarios a su línea le abucheaban y acusaban de causar "daños irreparables" al partido.
Las críticas a Meuthen, quien lleva meses confrontado a la denominada "El Ala" -"Der Flügel"-, marcaron el debate del domingo. Está fuera de lugar tachar de "dictadura" a la Alemania de hoy, afirmó Meuthen -"si fuera una dictadura, no estaríamos aquí", dijo-; también lo está aplicar el término "Ermächtigungsgesetz" -la ley que, en 1933, dio plenos poderes a Adolf Hitler- a la aprobada ahora para sustentar las restricciones por la pandemia de la Covid-19.
Tales alusiones "nos hacen atacables", advirtió. Meuthen se refería al peligro de que el partido en bloque quede bajo la lupa del espionaje de Interior, como lo está ya "Der Flügel" por su cercanía al neonazismo. Dicha corriente está formalmente desarticulada por imperativo de Meuthen, que además impulsó la expulsión de uno de sus cabecillas, Andreas Kalbitz, artífice del 24% obtenido por la AfD en las regionales de Brandeburgo, el "Land" que envuelve Berlín.
Los críticos extremistas
La corriente "patriota" sigue viva, como lo demostraron las encendidas intervenciones y alusiones al fundador del "Ala", Björn Höcke, líder de Turingia (este). También lo demostró una declaración del copresidente del grupo de la AfD en el Bundestag (Parlamento), Alexander Gauland, quien acusó a Meuthen de "polarizar" el partido. Gauland, presidente honorario del partido, no asistió a la última jornada. Abandonó Kalkar -la ciudad junto a Holanda que acoge el congreso- en ambulancia, aparentemente por una indisposición.
El reproche del ausente Gauland se multiplicó a través de sucesivos delegados; se presentó una moción -finalmente rechazada por escaso margen- para someter a votación el proceder de Meuthen.
Ante esta situación el diputado en el Bundestag Norbert Kleinwächter preguntó: “¿Estáis locos? En lugar de iniciar un debate público sobre el líder del partido, las posibles críticas deben discutirse internamente".
La moderación de Meuthen
Meuthen trató de minimizar la influencia en el partido de Höcke -"es un líder regional; yo soy el presidente nacional", explicó en declaraciones a la televisión pública Phoenix-; pero las intervenciones en su contra procedían de delegados de todo el país.
"Somos un partido vivo, con debate interno", resumió a Efe el portavoz de la AfD en el Bundestag, Marcus Schmidt. Quienes esperaban "un congreso de trámite", centrado en temas sociales, "se habrán sorprendido", añadió desde Kalkar este miembro del partido.