Mientras la salud de Constantino de Grecia, un país sobre el cual dejó de reinar en 1973, empeoraba, empezaban a circular los rumores sobre como sería su funeral. La sombra de Isabel II es alargada y la impactante ceremonia en su honor en la abadía de Westminster con el resto de jefes de estado de toda Europa en primera fila provocó un precedente difícil de superar por sus colegas. En esta ceremonia no asistió Constantino ni su mujer Anna Maria, sino su hijo Pablo que lo sucederá al frente de una monarquía fantasma e inexistente, pero que sigue teniendo buenas relaciones con la mayoría de casas reales de todo el continente. El día siguiente de la muerte de Constantino, que desde los medios griegos recuerdan que era príncipe de Dinamarca y que no tenía pasaporte griego después de su exilio, Atenas ha descartado que se celebre un funeral de estado en su honor y se tratará de un adiós privado en qué, eso sí, se espera que hagan actos de presencia de monarcas o herederos de toda Europa.
La decisión sobre el funeral privado del hermano de la reina Sofía, tío de Felipe VI, y cuñado de la reina Margarita de Dinamarca, entre otras relaciones familiares, la ha tomado el gobierno heleno, que también ha informado que será enterrado en Tatoi, a las afueras de la capital griega, en el mismo lugar sus padres, Pablo I de Grecia y Federica de Hannover. Así se ha decidido en una reunión interministerial celebrada esta mañana encabezada por el primer ministro de centroderecha, Kyriakos Mitsotakis. El político ha aprovechado la ocasión para expresar su pésame a la familia del exrey, remarcando su "actitud discreta" después de la abolición de a monarquía. Además, en esta ceremonia privada el gobierno griego estará representado por la ministra de Cultura y Deportes del Ejecutivo, Lisa Mendoni.
La familia quería un funeral de Estado
Esta decisión del gobierno griego choca de lleno con la voluntad de la mujer de Constantino, Ana Maria, y sus cinco hijos. Su intención era que "Tino" fuera enterrado con los honores de jefe de Estado, una posición que ocupó durante un breve periodo de tiempo, entre 1964 y 1973. Por eso, la familia, también sus hermanas, la reina Sofía y la princesa Irene que se habían desplazado a Atenas para despedirse, plantearon esta posibilidad en una reunión con el ministro, Yorgos Yerapetritis. Con todo, también han negado que hubieran pedido que el funeral se pagara con dinero público. El coste de la ceremonia no parece un problema, teniendo en cuenta que el nuevo jefe de la familia, Pablo, se casó con Marie Chantal Miller, hija de un multimillonario estadounidense, hecho que les ha permitido continuar con un alto nivel de vida.
Ahora, después de descartar un funeral de estado, la duda es cuándo y dónde se celebrará. Todavía no hay fecha fijada y aunque la intención inicial era que el oficio religioso para despedir el exrey fuera en alguna iglesia próxima a la finca de Tatoi, donde será enterrado, esta posibilidad se ha descartado, ya que se espera que sea un acto con muchos invitados, mayoritariamente de fuera de Grecia. Cabe tener en cuenta que Constantino de Glücksburg, dinastía reinante en Noruega, Dinamarca y Grecia hasta la proclamación de la república, pasó gran parte de su vida en el exilio y volvió a vivir en el país sobre el cual reinó en 2013, aunque lejos de la capital. Con todo, parece que estará precisamente en la Metrópoli (catedral) de la capital griega donde se celebrará la ceremonia.
Letizia y Juan Carlos I, las grandes dudas de la ceremonia
También hay muchos rumores sobre quien asistirá a este funeral. Por un lado, se espera que asistan representantes de la monarquía británica, que tenían buena relación con Constantino, ya que vivió durante muchos años en Londres. La duda es si irá Carlos III o su hijo y heredero Guillermo, que a su vez era ahijado de Constantino , aunque en el Reino Unido están más preocupados por la polémica generada por las memorias del príncipe Enrique. Con todo, las delegaciones más numerosas se espera que sean la de Dinamarca, ya que la viuda es princesa de este país y hermana de la reina Margarita; y la española. En este sentido, las grandes incógnitas son si Juan Carlos I enterrará a su cuñado como lo hizo con la reina Isabel II y si Letizia, que tiene mala relación con los primos de su marido, especialmente con Marie Chantal Miller por la pelea con Sofía en la catedral de Palma, hará acto de presencia.