El papa Francisco, que a menudo se pronuncia sobre la actualidad política del mundo y sobre problemáticas sociales y en ocasiones deriva en posicionamientos controvertidos que hacen arquear una ceja a veces la derecha —migración o políticas en favor de los desfavorecidos— y otras a la izquierda —aborto o colectivo LGTBI—, ha dejado este miércoles unas declaraciones que podrían levantar polvareda con respecto a la natalidad y también el aborto. El Pontífice, inmerso en una gira por Asia, ha lamentado que muchas familias prefieren "tener un gato o un perro antes que un hijo" y que existen "leyes de la muerte" que limitan los nacimientos. Así se ha pronunciado Francisco en un discurso ante las autoridades y un gran público en su primer día de visita a Indonesia.
Francisco muy preocupada por la baja natalidad en algunos lugares del mundo, como por ejemplo en Europa, ha elogiado que "en cambio, en Indonesia hay familias de cuatro o cinco hijos, y eso está bien". "Adelante así", va alabado el Papa. Acto seguido, ha subrayado que "hay estas familias prefieran tener un gato o un perrito antes que un hijo", provocando la risa del presidente indonesio, Joko Widodo, sentado a su lado en el palacio presidencial, y de los presentes en la reunión. Es este, el de las mascotas, un argumento que habitualmente enarbolan grupos conservadores para reprochar a las mujeres que decidan no tener hijos o contra los jóvenes en situación económica precaria que no tienen porque no se lo pueden permitir.
Además, al hablar en su discurso que "hoy una parte considerable de la humanidad queda al margen, sin medios para una existencia digna y sin defensas para hacer frente a graves y crecientes desequilibrios sociales, que desencadenan agudos conflictos", Francisco ha añadido improvisando que no se puede solucionar eso con "una ley de muerte que limita los nacimientos", en el que se avista un reproche al derecho al aborto, sobre el cual el Papa se ha pronunciado siempre en contra y ha dejado otras declaraciones que han traído cola.
La natalidad, una cuestión que inquieta al papa Francisco
No es la primera vez que Francisco lamenta la baja natalidad, una cuestión que le inquieta. En mayo del año pasado, el Papa pidió a los gobiernos políticas "con visión de futuro" para aumentar la tasa de natalidad en Europa, "el principal indicador para medir la esperanza de un pueblo". Estuvo en un acto sobre el estado de la natalidad en Italia, en el cual el Pontífice lamentó que "solo los más ricos se pueden permitir, gracias a sus recursos, una mayor libertad por escoger qué forma de vida vuelan", cosa que considera "injusta y humillante".
El Papa señaló las dificultades de los jóvenes para formar a una familia: "dificultad por encontrar un trabajo estable, dificultad por mantenerlo, viviendas prohibitivamente caras, alquileres por las nubes y salarios insuficientes". El papa considera que hoy día "traer niños al mundo se percibe como una carga" y aseguró que "la falta de nacimientos tiene repercusiones sociales y económicas" y "mina la confianza en el futuro". "Los jóvenes crecen en la incertidumbre, la desilusión y el miedo", afirmó Francisco. También lamentó que las mujeres "son las que más sufren" porque "muchas veces se ven obligadas a escoger entra su carrera profesional y la maternidad" y "se ven aplastamientos por la carga de cuidar familiares y personas dependientes".
Fijación con los perritos
Ya entonces, el Papa explicó una anécdota para ironizar con intención crítica sobre cómo las personas tratan a sus perros "como si fueran sus hijos", de manera que su fijación con el tema de las mascotas ya viene de lejos. Francisco explicó entonces que durante una audiencia una mujer le pidió que bendijera "a su niño" y sacó un perro de la bolsa, por lo que el Pontífice "perdió la paciencia" y le dijo: "Señora, tantos niños pasan hambre y usted está con el perrito..."