Corea del Norte ha roto su silencio sobre la agitación política en Corea del Sur, y los medios estatales han descrito, sin ningún tipo de ironía, cómo su presidente ha provocado una "dictadura sobre el pueblo". El comentario, publicado el miércoles por la agencia de noticias estatal de Corea del Norte, KCNA, ha sido la primera vez que el régimen ha comentado públicamente sobre el caos que siguió el intento condenado al fracaso del presidente Yoon Suk Yeol la semana pasada de imponer la ley marcial para erradicar lo que describió como "fuerzas pro norcoreanas y antiestatales".
"El títere Yoon Suk Yeol, que ya había enfrentado una grave crisis de gobierno y un juicio político, declaró la ley marcial inesperadamente y desencadenó las armas de la dictadura fascista contra el pueblo," ha destacado la KCNA. El informe calificó el aturdido presidente del Sur de haber cometido un acto "insensato" y calificó su país de "nación de gánsteres".
Tres generaciones de la dinastía Kim
Corea del Norte, que ha sido gobernada por tres generaciones de la dinastía Kim desde su fundación en 1948, es ampliamente aceptada como uno de los regímenes más brutales del mundo. Se espera que su población demuestre lealtad absoluta al líder actual, Kim Jong-un, o se enfrentará al encarcelamiento en campos de trabajo.
Descrito en el pasado como una "nación de la mafia" y un "estado gánster", Corea del Norte ha desarrollado una formidable capacidad de guerra cibernética que se cree que ha hecho ganar al régimen 3.000 millones de dólares desde el 2023, según un informe de la ONU publicado en febrero.
La vida en Corea del Norte
A excepción de la élite política de Pyongyang, el ciudadano norcoreano medio vive en la pobreza y sufre desnutrición, mientras Kim gasta enormes sumas en el desarrollo de misiles balísticos y armas nucleares, según destaca el The Guardian. Poner de relieve el malestar social dirigido contra un gobierno autoritario puede parecer hipócrita —y potencialmente contraproducente— en un país tan represivo como Corea del Norte, pero algunos expertos creen que el régimen de Pyongyang espera aprovechar en beneficio suyo el caos y la sorpresa que vive el sur de la frontera fuertemente armada.
"Los líderes de Rusia, la China y especialmente Corea del Norte probablemente estén observando con alegría la agitación política en Corea del Sur, percibiendo una ventaja geopolítica", ha dicho esta semana Leif-Eric Easley, profesor de la Universidad Ewha en Seúl, y recoge el The Guardian. "Los regímenes autoritarios creen que si consiguen mantenerse en el poder, pueden sobrevivir a rivales democráticos que acaban cometiendo actos de autodestrucción, cayendo en disfunciones y luchando con sus aliados".
La orden de Yoon, que duró solo seis horas antes de ser revocada en el parlamento, sumió la cuarta democracia mayor de Asia en su peor crisis en décadas y generó preocupación sobre su capacidad por trabajar con sus socios en la región para abordar la amenaza nuclear de Corea del Norte. Esta semana, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur se ha visto obligado a confirmar que Yoon seguía siendo el comandante en jefe del ejército de su país.