Si el coronavirus ha llegado a colapsar sistemas sanitarios consolidados como los de España, Italia o Estados Unidos, no es difícil de entender que en las últimas semanas la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya pronosticado que la epidemia provocará una catástrofe en el continente africano.
En las últimas previsiones, la entidad dependiente de la Naciones Unidas ha asegurado que la pandemia podría matar entre 83.000 y 190.000 personas y contagiar hasta 44 millones. De hecho, hace casi un mes la OMS y también la Comisión Económica por África (CEPA) ya dibujaron un panorama similar con 10 millones de infectados y 300.000 muertos. Incluso el director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, John Nkengasong, vaticinó un "desastre inminente".
Sin embargo, casi tres meses después de que se confirmara el primer caso de Covid-19 en Argelia, los apocalípticos pronósticos no se han cumplido, ni de lejos. Siendo el segundo continente más poblado del mundo, África registra un total de 100.666 casos y 3.105 muertos. Estas cifras, pues, quedan muy lejos de los millones de infectados y los centenares de miles de muertos que preveían las agencias de la ONU.
¿Cómo puede ser que el continente con los sistemas sanitarios más vulnerables haya, de momento, evitado cifras como las de Europa (1,9 millones) o los Estados Unidos (1,5 millones)? Las causas que lo explican son diversas y, por eso, desde de ElNacional.cat hemos contactado con varios responsables médicos que se encuentran sobre el terreno para que nos ayuden a entender qué está pasando.
Anticipación en la toma de medidas
A excepción de algunos casos, la mayoría de países africanos tomaron medidas muy pronto, incluso antes de tener ningún caso confirmado, como explica sobre Sudán del Sur la coordinadora de la organización Médicos del Mundo en este país, María Fradejas.
"Se tomaron medidas muy pronto, incluso cuando no había ningún caso confirmado, como el cierre de las fronteras, medidas de distanciamiento, restricciones en las salidas y creación de grupos de trabajo", comenta.
Guillermo Martínez, coordinador de Médicos del Mundo en el Senegal dibuja un panorama similar en cuanto a la rapidez y la adaptación del país a la pandemia: "Se tomaron medidas de prevención como el toque de queda, el cierre del espacio aéreo y el uso de la mascarilla".
Además, Martínez añade como opinión personal que la sociedad senegalesa tiene más capacidad de adaptación a situaciones como esta gracias a la experiencia vivida con la epidemia del Ébola.
"En Senegal y en muchos pueblos del oeste de África hay mucha experiencia por la epidemia del Ébola, y se han aplicado unas medidas de protección y contención de la infección muy estrictas siguiendo los protocolos que se tenían de este virus. Desde Médicos del Mundo y otras organizaciones lo que hacemos es asesorar al Ministerio de Salud para adecuar las medidas al contexto del coronavirus", apunta.
Sobre la capacidad adaptación de muchos países africanos también habla el médico nigeriano Chibuzo Okonta, presidente de Médicos Sin Fronteras en África del Oeste: "El nuevo virus, sin duda, causará víctimas a nuestros países, pero paradójicamente, nuestros sistemas de salud, que se suelen llamar frágiles, podrían ser más resistentes a la hora de afrontar este choque".
El motivo, según explica Okonta, es que "la mayoría de nuestros sanitarios se formaron en emergencias endémicas". Okonta pone como ejemplo la epidemia de fiebre de Lassa que se produce a menudo en Sierra Leona y Nigeria y asegura que las reglas de distanciamiento físico y de aislamiento no son nuevas para estas poblaciones.
Pocos tests: imagen parcial
A pesar de la rápida adaptación y aplicación de medidas de muchos países del continente, no se puede obviar cuál sigue siendo el talón de Aquiles de la gran mayoría de países: la falta de recursos en los sistemas sanitarios. Y, evidentemente, una de las causas que explicaría el poco número de contagios confirmados es el bajo número de tests que se hacen en muchos países.
"Senegal ha tenido actitud transparente. Los datos son reales [2906 casos y 36 muertos], pero no estamos viendo la fotografía completa. La capacidad de diagnóstico de Senegal y del Sahel es muy limitada", explica Martínez. "En países como Burkina Faso o Mali se están haciendo entre 20 o 30 tests diarios en todo el país, cosa que claramente es insuficiente a nivel epidemiológico.
En Senegal no existen los tests rápidos y se hacen entre 700 y 900 PCR diarios, sin embargo. no tenemos datos de investigación activa", aclara indicando que los diagnósticos que se hacen son en una "actitud reactiva", es decir, sobre gente que presenta síntomas.
Una situación similar es la que se encuentra Fradejas en Sudán del Sur, que explica que "los hospitales están siempre hasta arriba", independientemente de la pandemia que se sufre ahora.
Ahora bien, aparte de los pocos tests, también "hay mucha población rural que no tiene la costumbre de ir al médico", hecho que impide detectar casos asintomáticos o con sintomatología leve. "Se están fomentando los trabajos de grupo y la asistencia en remoto, pero está en una fase muy inicial", reconoce. El país cuenta con 481 casos detectados y cuatro muertos.
El continente más joven del mundo
Es bien sabido que el coronavirus afecta con especial fuerza a las personas mayores. Esta podría ser otra de las causas que explican los bajos datos de África, ya que este es el continente con la población más joven del mundo.
Y es que según The World Factbook, una publicación de la CIA (Agencia Central de Inteligencia, en inglés), la edad media del continente no supera los 18 años, mientras que la de otros continentes más afectados por la pandemia como Europa o Norteamérica es de 42 y 35 respectivamente. Sin embargo, todavía no hay ningún estudio científico que demuestre esta hipótesis.
Un continente "aislado"
Otro motivo que podría explicar la baja presencia, de momento, del virus es el aislamiento que la mayoría del continente sufre en comparación con Europa o los Estados Unidos. Por ejemplo, de los 50 aeropuertos más frecuentados del mundo sólo uno es africano, el de Johannesburgo, en Sudáfrica, país que, precisamente, es el que más casos presenta en todo el continente (19.000 contagiados).
Otro factor relacionado con el aislamiento es la baja densidad poblacional, que con 43 habitantes por kilómetro cuadrado queda muy lejos de los 181 de Europa o los 154 del sur de Asia. Y es que hay que tener en cuenta que hasta el 60% de la población africana vive en zonas rurales, hecho que reduce mucho la circulación de personas y, por lo tanto, la transmisión del virus
Un confinamiento imposible
Precisamente, este gran número de población viviendo en zonas rurales ha impedido un confinamiento como el que se ha vivido en Europa en África. "Es complicado decirle a la gente que pare la actividad, ya que mucha población vive de los rebaños y de los cambios de estación", comenta a la coordinadora de Médicos del Mundo sobre Sudán del Sur.
En un sentido similar se expresa el coordinador de Médicos del Mundo desde el Senegal. "No hay un confinamiento como tal a causa de las dificultades para implantarlos ya que la gente necesita vivir de estos pequeños ingresos que gana día a día gracias del comercio local y ambulante", relata.
"La gente no tiene ahorros, no tiene congeladores ni neveras para almacenar los alimentos. Con estos ingresos diarios pueden comer cada día. En este contexto de no confinamiento y transmisión diaria es importante sensibilizar la población para que respeten las normas de higiene y protección", puntualiza.
Chibuzo Okonta, presidente de Médicos Sin Fronteras en el África del Oeste, también comenta sobre el confinamiento que "además de tener un gran impacto económico y social muy fuerte en los grupos de población que ganan una mínima subsistencia diaria, no evitará la propagación del virus en los barrios densamente poblados o en los patios familiares".
Impacto sanitario
Una idea que ha querido dejar Martínez ha sido que no sólo se tienen que tener en cuenta los muertos que pueda provocar el coronavirus en sí, sino las posibles víctimas del impacto que la pandemia dejará en los sistemas sanitarios.
"Hay mucha gente que dejará de ir a los hospitales por miedo al contagio. Los precios de alimentos básicos están subiendo y eso perjudicará la salud nutricional y aumentará la desnutrición y probablemente la mortalidad. Médicos del Mundo intenta ayudar en la continuidad de los servicios de salud. Es importante entender que los efectos del covid pueden generar muchas más muertes que el coronavirus mismo," aclara.
En Sudán del Sur la situación es todavía más delicada porque tal y como recuerda Fradejas sólo hay 12 camas de UCI en todo el país. "Hay falta de material de protección. No sabemos si realmente el pico ha llegado y los hospitales están siempre hasta arriba", añade.