El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, ha muerto este lunes de un ataque cardiaco, según ha informado el Ejecutivo del país africano. Sin embargo, las circunstancias personales y la pandemia del coronavirus han generado algunas especulaciones sobre que el motivo real de la defunción podría ser otro.
Nkurunziza, de 55 años, no había mostrado síntomas de sufrir ninguna enfermedad hasta que el sábado pasado ingresó en el hospital en la ciudad de Karuzi. Después de mostrar una aparente recuperación el domingo, el presidente africano murió inesperadamente el día siguiente de un ataque cardiaco.
Ha sido el diario belga Le Soir quien ha revelado que el motivo del empeoramiento de salud del mandatario ha sido el coronavirus. Precisamente, el hecho de que su mujer, Denise Bucumi Nkurunziza, fuera trasladada de urgencia en el hospital hace diez días por este mismo virus ha aumentado las sospechas que Nkurunziza haya muerto realmente por la enfermedad de la Covid-19.
De ser esta la realidad, Pierre Nkurunziza sería el primer mandatario muerto por esta pandemia en todo el planeta. Paradójicamente, el presidente de Burundi había despreciado la gravedad del virus con afirmaciones como que el país "estaba protegido por Dios" y rechazando el aplazamiento de acontecimientos deportivos o de las elecciones presidenciales, celebradas el pasado 20 de mayo.
Pierre Nkurunziza era presidente de Burundi desde el 2005, cuando acabó la guerra civil (1993-2005) que enfrentó a hutus (el 85% de la población) y tutsis y causó unos 300.000 muertos. Nkurunziza se definía como "cristiano renacido" y había sacado pecho en varias ocasiones de "combatir" la homosexualidad.