Las políticas de Trump y la imagen de los ciudadanos de los Estados Unidos por todo el mundo están generando una nueva angustia a norteamericanos que ya se disponen a tomar precauciones antes de viajar. Así lo explican varios testimonios entrevistados porThe New York Times. Es el caso de Franck Verhaeghe y dos amigos que están planeando un viaje a Ciudad de México y han decidido que hablarán francés en lugar de inglés. "No es que piense que sea inseguro para los americanos, pero puedo imaginar que la gente no está muy contenta con nosotros. Así pues, mis amigos y yo hemos decidido que en este viaje todos hablaremos francés entre nosotros", explica.

Este temor entre norteamericanos se explica por el cambio que ha supuesto la llegada de Trump a la Casa Blanca. Europa sufre por las nuevas alianzas del presidente de los Estados Unidos; hay boicots en los productos norteamericanos en Canadá; las tensiones con Dinamarca y Groenlandia con respecto a la independencia de la isla, o los temores expansionistas en Panamá. Según The New York Times, todo eso tiene un efecto doméstico: los norteamericanos están reconsiderando sus planes de viaje.

Reducción en la venta de viajes internacionales

De acuerdo con el diario, las agencias están notando una reducción en ventas de viajes internacionales por parte de ciudadanos de los Estados Unidos. Los turoperadores están resolviendo dudas de sus clientes preocupados por como serán recibidos en el extranjero. Una encuesta hecha por Global Rescue ha concluido que un 72% de viajeros de los Estados Unidos creen que después de Trump serán peor recibidos en el extranjero. Este nerviosismo no se ha traducido en una ola de cancelaciones, pero las redes sociales y los foros de internet se llenan de norteamericanos que se hacen una pregunta: "¿Nos odiarán?"

El diario recoge a más testimonios de personas que tienen viajes previstos en países con quienes Trump ahora está polemizando, como por ejemplo el resto de aliados de la OTAN. Vicci Jaffe, un viajero que prevé ir a Berlín este otoño, comenta: ¿"Cómo me mirarán en Berlín? En el fondo estoy avergonzada, pero ahora también tengo miedo de represalias o violencia". Algunos norteamericanos, que tienen también pasaporte europeo, planean utilizarlo en lugar del norteamericano. Otros afirman que tienen pensado ocultar inicialmente su origen para no causar ninguna situación poco confortable. Peter Serkin, que viajará a Canadá, declara a The New York Times: "Intentaré esconder que soy americano". El rotativo señala que todos estos pensamientos y comportamientos son preventivos porque de hecho nadie ha experimentado ningún sentimiento antiamericano, pero la preocupación empezó desde el primer día que Trump reingresó a la Casa Blanca.

El diario sí que explica el caso de una agencia de lujo que ha cancelado el viaje de un grupo a México que tenía previsto celebrar un cumpleaños y habían contratado un hotel entero antes del asunto de los aranceles. Después de los aranceles, el viaje fue cancelado alegando que sería peligroso por el sentimiento antiamericano. Por otra parte, sin embargo, también se está experimentando otro fenómeno: crece el interés por destinos vinculados a las polémicas de Trump, como es el caso de Groenlandia o Panamá.