Para los que no están demasiado puestos en este estilo de música, hay que empezar diciendo que Sean John Diddy Combs, antes conocido como Puff Daddy o P. Diddy, es un influyente rapero, productor musical y empresario norteamericano conocido por su papel en la transformación del hip-hop desde los años 90. Se convirtió en un icono del rap desde que empezó su carrera musical el año 1991, ha recibido hasta cuatro premios Grammy y ha trabajado con estrellas como Mariah Carey, Beyoncé, Britney Spears, The Weeknd, Usher, Pharrell Williams, Cristina Aguilera, Katy Perry, Notorius B.I.G, Jay-Z, Nariz, Method Man y Big Pun, entre otros. Diddy fue detenido el 16 de septiembre pasado, mientras se encontraba en un hotel en Nueva York, después de recibir hasta diez demandas por abuso sexual y violación, y actualmente se encuentra en prisión preventiva a la espera de juicio, bajo cargos federales de tráfico sexual, conspiración para cometer crimen organizado y transporte para ejercer la prostitución. Este escándalo que ha sacudido la industria musical de los Estados Unidos, está creciendo, a medida que van apareciendo nuevas denuncias, y ahora se enfrenta a las acusaciones de 120 nuevas víctimas, entre ellas 25 que eran menores de edad en el momento de los hechos, que acusan a Diddy de abuso sexual y explotación, e incluso violaciones de adolescentes, incluyendo el caso de un niño de 9 años.
La cantante Cassie destapa la caja de los truenos
Las acusaciones contra Sean Diddy Combs, de 54 años, empezaron el año amasado, cuando la cantante Cassie (Casandra Ventura) lo acusó de haberla coaccionado físicamente, drogado y violado durante más de una década. El caso del rapero, que se ha declarado inocente de los cargos, ha adquirido en los últimos meses un impacto significativo en la sociedad norteamericana, especialmente en la industria del entretenimiento, y ha abierto un nuevo debate público sobre el abuso sexual, en la línea del #MeToo, porque se están cuestionando las estructuras que protegen a los abusadores, con una cultura del silencio donde las víctimas no denuncian por miedo a represalias. "El muro del silencio se ha roto y las víctimas están dando un paso adelante", ha reconocido el pasado martes Tony Buzbee, uno de los abogados de los demandantes. Un equipo de abogados de Texas representa más de un centenar de personas que han presentado una demanda colectiva por delitos sexuales que habrían empezado en 1991. Pero el escándalo puede coger dimensiones mayúsculas, ya que más de 3.000 personas han contactado con los abogados del caso para presentar posibles denuncias, con acusaciones que abarcan un periodo de 25 años, y que provienen de diferentes estados, principalmente California, Nueva York, Florida y Georgia.
Las fiestas 'Freak Off', en el foco
Muchos de estos supuestos abusos y agresiones sexuales se produjeron en las fiestas Freak Off (el término se refiere a tener sexo salvaje o poco ortodoxo), básicamente orgías que el rapero organizó desde el 2009 y que ahora están en el foco de la investigación criminal. Eran encuentros entre mujeres y hombres que se prostituían, y en las que también participaban jóvenes a los que Diddy prometía fama y contratos musicales a cambio de favores sexuales. En el 90% de los casos, las víctimas eran drogadas y no tenían control sobre sí mismas. Diddy, según las denuncias, utilizaba éxtasis, ketamina, xilazina (un tranquilizante para caballos) y otras drogas para mantener a las víctimas en estado de sumisión. Las fiestas podían durar días, y muchas de las víctimas necesitaban medicación intravenosa para poder recuperarse. Supuestamente, el rapero realizaba vídeos para hacer chantaje a las víctimas y evitar que hablaran.
El miedo de las celebridades relacionadas con Diddy
Además de estas fiestas secretas y salvajes, Diddy también organizaba las famosas "fiestas blancas", acontecimientos públicos y glamurosos a los cuales asistían celebridades de la industria musical y del entretenimiento. Las celebridades que han podido asistir a las fiestas que organizaba el rapero a lo largo de los años incluye desde cantantes, actores, deportistas e incluso figuras políticas y algún miembro de una casa real europea, y entre los nombres que aparecen a las redes y en las informaciones que van saliendo sobre el caso, y que supuestamente asistieron (sin que haya ninguna evidencia de actividades ilegales) se encuentran los de Justin Bieber, Leonardo DiCaprio, Khloé Kardashian, Jennifer López, Ashton Kutcher o Mariah Carey, entre otros. El caso de Justin Bieber ha sido uno de los más impactantes por la supuesta relación próxima que el cantante canadiense tuvo con Diddy en los inicios de su carrera, cuando era adolescente, y existe un vídeo en el cual el rapero menciona tener la "custodia" de Bieber, durante 48 horas, cuando el cantante tenía 15 años.
Aunque muchas de estas celebridades pudieron asistir a las fiestas de Diddy sin ninguna implicación en actividades ilícitas, tal como pasó con otros casos de abusos sexuales, como el del productor de cine Harvey Weinstein, símbolo del movimiento #MeToo, que también organizaba fiestas con celebridades, existe el temor entre estos VIPS de que se las relacione con el rapero y las consecuencias que esto puede tener para sus carreras, por eso, la mayoría de los nombres que circulan, guarda silencio.
Llamamiento a denunciar
En la rueda de prensa que Tony Buzbee, del bufete Buzbee Law Firm y Andrew Van Arsdale del AVA Law Group, celebraron el pasado 1 de octubre en Houston, el abogado dio detalles de las demandas presentadas por más de cien personas, entre ellas 25 que eran menores de edad e hizo un llamamiento a que otras víctimas o testigos a que reporten información de manera confidencial. De los denunciantes menores, Buzbee explicó que en el caso del niño de 9 años, la agresión se produjo cuando hizo una audición para el sello de P. Diddy, Bad Boy Records. "Esta persona sufrió abusos sexuales, parece que de Sean Combs y otras personas en el estudio, y le prometieron a él y a sus padres un contrato de grabación a cambio". Otro caso es el de una mujer que tenía 15 años cuando pasaron los hechos, que asegura haber sido violada por el artista durante una velada donde la drogaron, antes de que otras personas también la violaran por turnos.
Mientras tanto, Diddy se encuentra en prisión preventiva en el Brooklyn's Metropolitatn Detention Center de Nueva York, donde fue trasladado a la Unidad de Alojamiento Especial de la misma prisión, donde se encuentra apartado del resto de reclusos. Según ha trascendido, Diddy comparte una habitación dormitorio con el empresario de criptomonedas Sam Bankman-Fried. El juez le ha negado la libertad bajo fianza.