Las protestas por la muerte de Mahsa Amini, fallecida después de ser detenida por llevar mal puesto el velo islámico, se han convertido en una revuelta en varias localidades del Irán, especialmente en Teherán, Kermanshah, Shiraz y Urmia. A consecuencia de la represión contra los incidentes han muerto al menos 6 personas. Durante las protestas, en que muchas mujeres han quemado el velo islámico y se han cortado el pelo, también se han atacado vehículos policiales, en una situación sin precedentes en el régimen de los ayatolás. Por ahora el gobierno no ha conseguido controlar las protestas, y ha acusado a "agentes contrarrevolucionarios" de causar las muertes.
Las protestas empezaron tímidamente el viernes después de conocerse la muerte de Mahsa Amini y se han ido extendiendo cada día con más intensidad, y en más puntos del país, y con situaciones más violentas. El martes por la noche hubo protestas en al menos 20 ciudades, según ha informado a la agencia estatal IRNA, en las que se repitieron escenas de violencia de las fuerzas de seguridad de días pasados.
Estudiantes de la Universidad han realizado pintadas reivindicando a Mahsa Amini y han encartelado calles de la capital iraní.
Mahsa Amini fue detenida el 14 de septiembre cuando paseaba con la familia por Teherán. Habían ido de vacaciones y en la vuelta se toparon con una de las tantas batidas que hace la llamada "policía de la moral" del régimen de los ayatolás. Los policías aseguraron que la chica no llevaba bien puesto el velo, y por eso la trasladaron a la comisaría para que siguiera un "curso de educación" sobre el correcto uso del velo. Dos horas después, la chica salió de la comisaría en ambulancia y murió a los dos días, después de que cayó en coma.