La entrada de 6.000 inmigrantes en Ceuta es una crisis sin precedentes en una de las fronteras más complicadas del Estado y de toda la Unión Europea. La habitual buena cooperación entre las autoridades marroquíes y españolas y la reciente crisis diplomática entre ambos países por la hospitalización en Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, hace pensar que nada de lo que está pasando es casualidad.

Y es que mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha cancelado un viaje oficial a París (Francia) y recientemente ha anunciado que se desplazará hasta Ceuta para seguir de primera mano la crisis migratoria, las autoridades marroquíes guardan silencio.

Contactados por Efe, ni el ministerio de Interior ni el de Exteriores marroquíes no se han querido pronunciar sobre las razones de esta llegada masiva de inmigrantes, entre los cuales hay aproximadamente 1.500 menores de edad. Es decir, el reino alauí actúa como si nada estuviera pasando. Sólo la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha confirmado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que Sánchez está hablando con su homólogo marroquí sobre la cuestión.

Quien sí que se ha pronunciado es la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, cuando ha asegurado este mismo martes que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias, y se tienen que asumir", en clara referencia a la decisión de España de acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.

¿Pasividad de la policía marroquí?

Esta llegada masiva de inmigrantes no es algo habitual y ya hay quien señala alguno de los posibles motivos. Un periodista local citado por Efe ha asegurado que los inmigrantes han estado entrando en la ciudad española sin ningún control ni por parte de la policía marroquí ni por parte de la española.

Dos inmigrantes escalan las rocas de uno de los espigones fronterizos de Ceuta / Foto: Efe

Esto habría provocado un efecto llamada entre otros inmigrantes, de los cuales la mayoría son marroquíes pero entre los cuales también hay numerosas comunidades de inmigrantes subsaharianos, según han asegurado organizaciones humanitarias.

La sombra del conflicto saharaui

Nada hace pensar que sea casualidad que esta crisis inmigratoria se produzca tres semanas después de que las autoridades marroquíes se indignaran con las españolas por haber aceptado en secreto la entrada al país del líder del Frente Polisario, Brahim Gali.

El líder del Frente Polisario, Brahim Gali / Foto: Europa Press

Y es que aunque la ministra de Exteriores española, Arancha González Laya, ya se haya apresurado a decir que no le consta que lo que está pasando pueda ser una medida de presión de Marruecos, este país ya advirtió en varias ocasiones que la respuesta española no satisfacía sus demandas y que habría "consecuencias".

España siempre se excusó alegando que la atención de Gali respondía a motivos "humanitarios", pero lo que más controversia generó en Rabat es que el líder del Polisario entrara en el Estado con una identidad argelina falsa cuando, además, la Audiencia Nacional lo investiga desde hace años por presuntas violaciones de los derechos humanos a instancias de una asociación.

 

Imagen principal: Un grupo de personas consiguen una embarcación de las autoridades marroquíes en la playa de la localidad de Fnideq (Castillejos) para cruzar los espigones de Ceuta / Foto: Efe