La crisis entre Serbia y Kosovo, lejos de minorarse, se acentúa. Este lunes, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el primer ministro kosovar, Albin Kurti, no han llegado a un acuerdo para cerrar el conflicto que mantienen abierto sobre las matrículas de los vehículos. La mediación ejercida por la Unión Europea, con la presencia de Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, no ha dado sus frutos. Desde el club comunitario, han emplazado a los dos países a llegar a "compromisos concretos", un hecho que, en opinión de Borrell, era "una cuestión de responsabilidad por parte de ambos líderes, para poder reducir la tensión urgentemente". Después de ocho horas de reuniones, "no se ha acordado una solución", ha anticipado el socialista. En las reuniones también ha participado Miroslav Lajcak, el enviado de la Unión Europea para el diálogo entre los dos países.
Josep Borrell ha trasladado en una comparecencia posterior que habían entregado una propuesta para "desencallar" el conflicto que sólo habría aceptado la delegación de Serbia, pero que la de Kosovo habría rechazado. Por su parte, el responsable de los asuntos exteriores de la UE "desea" que "Kosovo suspenda inmediatamente nuevas fases de registro de vehículos en Kosovo Norte y que Serbia suspenda la distribución de nuevas matrículas". De hecho, sobre estos ejes versaba la propuesta europea a los dos estados, porque esta vía "permitiría dejar tiempo y espacio para encontrar una solución sostenible". En concreto, los dos mandatarios estaban convocados este lunes en Bruselas horas antes que se agote el plazo que había habilitado Kosovo para permitir los serbokosovares circular con matrículas serbias. A partir de este 22 de noviembre, tendrán que cambiar sus placas por las del país kosovar.
La crisis de agosto
Desde esta fecha, y durante dos meses, la posesión de matrículas de Serbia en Kosovo será sancionada con una multa económica. A partir del 21 de enero y hasta el 21 de abril de 2023, se permitirá el uso de placas temporales, pero ya será en abril —si nada lo impide— cuando será completamente obligatorio llevar matrículas de Kosovo para los serbokosovares. En este contexto, los representantes de los serbios del norte de Kosovo presentaron su dimisión a principios de mes de todos los cargos públicos. Josep Borrell ha subrayado que informará a todos los ministros de Exteriores de la UE "sobre la falta de respeto a las obligaciones jurídicas internacionales" de las dos partes: "Han enviado una señal política muy negativa". "No se puede ir de fecha límite a fecha límite ni de crisis en crisis. Si el acceso a la Unión Europea por parte de los dos países es su objetivo primordial, al cual además se han comprometido, esperamos que se comporten conforme a esta finalidad", ha concluido.
Ya en agosto habían tenido una disputa sobre el reconocimiento mutuo de los documentos de identidad. Cuando faltaban horas para implementar medidas restrictivas y punitivas a los dos países en esta materia, llegaron a un entendimiento, según la cual Serbia acordaba eliminar los documentos de entrada y salida para las personas con tarjetas de identidad de Kosovo, mientras que por su parte Prístina acordaba no introducirlos para personas con documentos de identidad serbios. De esta manera, los serbios de Kosovo y el resto de ciudadanos pueden viajar libremente entre Kosovo y Serbia con su documentación. La relación diplomática entre Prístina y Belgrado nunca ha sido fácil: Serbia no ha reconocido la independencia de Kosovo declarada el año 2008, a diferencia de la Unión Europea o Estados Unidos.