Saber a las víctimas de los combatientes en una guerra no parece una tarea fácil. El caso de la guerra entre Rusia y Ucrania no es una excepción. Ninguno de los dos bandos suelen ofrecer detalles de sus propios recuentos de bajas, y las cifras que trascienden, a menudo son las que cada bando ofrece de las bajas de la otra. Desde que empezó la invasión rusa en Ucrania, el 24 de febrero del 2022, las fuerzas armadas ucranianas han elevado este viernes cerca de 500.000 los militares muertos o heridos en combate. Se calcula que de esta cifra, cerca de 200.000 serían soldados muertos. "Las pérdidas totales en combate del enemigo suben ya a 498.940, incluidas 1.240 bajas durante los enfrentamientos registrados durante el último día, con el foco a la ofensiva en Khàrkiv", ha comunicado el estado del ejército ucraniano, a través de su cuenta de Facebook. Unas cifras que distan mucho de las que reconoce el Kremlin, que en enero del 2023 proporcionó una cifra de bajas inferior a los 6.000 muertos. Asimismo, el ejército ucraniano también ha reseñado que desde el inicio de la invasión han sido destruidos 7.635 carros de combate, 12.902 sistemas de artillería, 813 sistemas antiaéreos, 356 aviones, 326 helicópteros, 10.401 drones, 27 embarcaciones y un submarino.

Unos 85.000 muertos, según BBC y Mediazona

Si bien el bando ruso hace meses que no actualiza sus balances, el portal independiente Mediazona cifra en 52.789 el total de los militares muertos en combate, aunque destaca en su página web que la cifra más probable de muertos está en torno a los 85.000, cifras muy superiores a las reconocidas por Moscú. "Mediazona, en colaboración con el servicio ruso de BBC News y un equipo de voluntarios, sigue recopilando datos sobre las bajas militares rusas en Ucrania. Los números proporcionados provienen de fuentes disponibles públicamente, como publicaciones de familiares en las redes sociales, noticias locales y anuncios oficiales de las autoridades regionales. No obstante, es importante señalar que estas cifras solo ofrecen una imagen parcial y no engloban el alcance total de las víctimas", afirma la página web.

Mientras tanto, Ucrania pocas veces comenta sobre la magnitud de sus muertes en el campo de batalla. En febrero, el presidente Volodímir Zelenski reconoció que 31.000 soldados ucranianos habían muerto, pero las estimaciones, basadas en la inteligencia norteamericana, sugieren pérdidas mayores. Zelensky reconoció esta cifra el 25 de febrero, el primer día del tercer año desde que empezó la invasión rusa. Aquel día, el presidente ucraniano aseguró que "han muerto 180.000 rusos" y que otro medio millón habían resultado heridos durante los dos años de conflicto, mientras que, por su parte, las autoridades rusas también elevaban a las víctimas militares ucranianas por encima de las 100.000.

El coste de "la trituradora de carne"

Según estimaciones de la BBC, al menos dos de cada cinco combatientes rusos muertos no tenían ningún enlace con el Ejército antes de la guerra. La lista de soldados muertos elaborada por la BBC y Mediazona revela el elevado coste humano desde que el Kremlin impulsó la estrategia denominada "la trituradora de carne" cuando empezó el segundo año de lucha en el frente. El término "trituradora de carne" se ha utilizado para describir la manera como Moscú envía oleadas de soldados a la primera línea de frente para intentar desgastar las fuerzas ucranianas y marcar sus ubicaciones en la artillería rusa, lo que, según la BBC y Mediazona, ha tenido un elevado coste en vidas humanas.

La ONU alerta sobre el impacto aterrador de la ofensiva

Pero las cifras que más preocupan a la comunidad internacional son las de las víctimas civiles de la guerra. La nueva ofensiva rusa sobre Khàrkiv que empezó hace un par de semanas, en la frontera noroeste, ha provocado la reacción de Naciones Unidas, que ha alertado este viernes de "el aterrador impacto" de esta ofensiva. La Misión de vigilancia de los derechos humanos de la ONU en Ucrania (HRMMU) ha cifrado en 35 a los civiles muertos y en 137 los heridos a consecuencia de esta ofensiva rusa sobre Khàrkiv que se renovó en la parte norte de la ciudad el pasado 10 de mayo, y destaca que más de la mitad de todas las víctimas superan los 60 años, lo que da una muestra del "número desproporcionado" de personas mayores que residen en estas zonas ubicadas a primera línea de batalla, ya bien porque no pudieron o no quisieron huir. Según la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Liz Throssell, centenares de personas se vieron obligadas a dejar sus hogares, teniendo que refugiarse durante días en sótanos sin electricidad y "en medio de intensos" ataques con todo tipo de proyectiles y artillería.