La cumbre de paz de Ucrania, que ha reunido representantes de unos noventa países y 56 líderes mundiales en Bürgenstock, Suiza, ha finalizado este domingo con una declaración conjunta firmada mayoritariamente que reclama con respecto al derecho internacional y la Carta de la ONU, seguridad nuclear y para el tráfico marítimo o el respeto a la "integridad territorial y soberanía de Ucrania" como base para cualquier acuerdo de paz. Aunque una docena de países destacados del sur global, del mundo árabe o socios de Rusia —que no estaba invitada— han declinado firmar el documento, evidenciando la división entre los diversos polos geopolíticos. Entre estos países que no han firmado la declaración se encuentran el Brasil, la India y Sudáfrica —que forman parte junto con Rusia y la China del grupo de economías emergentes conocidos como los BRICS—, además de México o el Vaticano. Tampoco se han adherido a la declaración final Armenia, Baréin, Emiratos Árabes, Libia, Arabia Saudí, Indonesia, Tailandia y Colombia, mientras que 80 países sí que han suscrito el documento, incluidos los estados miembros de la Unión Europea, los Estados Unidos, Japón, Argentina, Chile o el Ecuador.

Al final del segundo plenario de líderes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha agradecido la participación de las delegaciones y que hayan comprendido que "todos estamos interesados en qué no haya peligro procedente de las plantas nucleares y otras instalaciones atómicas". "Estoy agradecido que los participantes en esta conferencia hayan comprendido eso y la necesidad de restaurar una seguridad total en la planta de Zaporíjia, capturada por Rusia", ha expresado. "También los agradezco a cada uno para darnos apoyo en nuestros esfuerzos de garantizar una navegación segura y preservar el flujo libre de alimentos", ha añadido el mandatario. "Quiero enfatizar que la seguridad alimentaria es vital, no solamente para los países del sur global, sino literalmente para todos los países del mundo. Cualquier disrupción en los mercados de alimentos es un camino directo al caos que Rusia quiere", ha asegurado Zelenski.

Alimentos, seguridad nuclear y prisioneros

La cumbre tenía el objetivo de abrir camino a unos entendimientos globales para conseguir una paz justa y duradera en Ucrania, inmersa en la guerra contra la agresión por parte de Rusia que empezó en febrero del 2022 y dura ya más de dos años. También de debatir la propuesta para el fin del conflicto que propone el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que no ha querido la participación rusa porque "no puede garantizarse que actúe de buena fe". La postura rusa para negociar la paz la anunciaron el viernes: cesión de los cuatro territorios del Estado ucraniano conquistados militarmente y que Ucrania no se una a la OTAN, reclamaciones que Occidente rechaza al considerarlas una "rendición" ucraniana. De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, ha valorado hoy la propuesta rusa como "indignante". Los tres grandes temas concretos de los cuales han hablado de momento los líderes mundiales a la cumbre han sido la seguridad alimentaria —por la importancia del cereal ucraniano y del fertilizante ruso para muchos países o el aumento de los costes del combustible y el reto para el transporte—, la seguridad nuclear, ya que hay centrales nucleares como la de Zaporíjia en la zona, y la liberación de prisioneros.

El Kremlin y los BRICS, recelosos

El Kremlin, por su parte, había calificado de "absurda" la cumbre, al no ser invitada a participar Rusia. El portavoz Dmitri Peskov ha declarado este domingo que Putin no descarta entablar conversaciones con Ucrania, pero siempre que se ofrezcan garantizabas para asegurar la credibilidad de cualquier negociación. Tampoco ha asistido China, aliados próximos al régimen de Vladímir Putin, que valoraron positivamente "las iniciativas y esfuerzos" de Suiza por "aliviar la situación", pero aseguraron que "todavía no se dan las condiciones para que haya conversaciones de paz". Brasil, por su parte, considera que Moscú tendría que haber estado presente en la cumbre y, por eso, Lula Da Silva solo ha enviado a un observador. Por su parte, el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha descartado asistir finalmente al considerar que esta cumbre era una alineación con Ucrania y con uno de "los bloques de la guerra".