El mundo ha cambiado en dos meses como no lo ha hecho durante décadas. La llegada de Donald Trump en la Casa Blanca el pasado enero ha hecho traquetear el orden mundial y los cimientos sobre los cuales se sustentaba la geopolítica desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El MAGA (Make America Great Again) ha condicionado toda la política exterior norteamericana: los EE.UU. han abandonado acuerdos multilaterales y organizaciones internacionales, han cuestionado el compromiso con la OTAN y han fracturado las relaciones con Europa, han congelado la ayuda a Ucrania y la han culpado de haber iniciado la guerra con Rusia, Trump le ha comprado el relato a Putin y amenazan con anexionarse Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca, otro país miembro de la alianza atlántica. Ante todo este contexto, unido a creciente preocupación de los países europeos por su seguridad, la necesidad de rearmarse para desligarse de la dependencia norteamericana, la amenaza de que Rusia no se detenga a Ucrania y el ascenso de la extrema derecha, se ha revivado el debate sobre el servicio militar obligatorio, que divide a la sociedad en muchos de estos países. Aquellos que todavía mantienen la mili están dispuestos a hacer un paso más -cómo es el caso de Dinamarca- y algunos otros donde el reclutamiento ya es una página cerrada de la historia, no descartan que se pueda reabrir en el futuro.
Abolido gracias al Pacto del Majestic
El servicio militar obligatorio en España, conocida popularmente como la mili, tiene una larga historia. En 1808 existía una ley de Reclutamiento que obligaba a los hombres a servir en el ejército, en 1868 se estableció un sistema de reemplazos donde se sorteaba la obligación del servicio y en 1911 el rey Alfonso XIII firmó el proyecto que establecía las bases para la ley de reclutamiento y reemplazo del ejército que se aprobó finalmente el 19 de enero de 1912, que implantaba la obligatoriedad del servicio militar para todos los hombres españoles. La mili fue abolida oficialmente en el 2001, cuando el gobierno del Partido Popular aprobó el decreto que se suspendía el servicio militar obligatorio, que fue parte del Pacto del Majestic de 1996 entre José María Aznar y Jordi Pujol.
En España no se habla
La política española, a diferencia de otros países, no ha dedicado demasiado tiempo a reabrir el debate sobre el posible retorno de la mili. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha negado categóricamente que haya ningún plan para reintroducir el servicio miliar obligatorio. "No creo que le haya pasado por la cabeza a nadie", ha dicho. Y de hecho, ningún partido político, ni siquiera la extrema derecha, ha propuesto seriamente la reintroducción de la mili, y algunos expertos, incluso, consideran que sería un suicidio político abrir la caja los truenos. El Ministerio de Defensa reconoce la necesidad de incrementar el número de efectivos militares, pero todo pasa por hacerlo a través del reclutamiento voluntario y profesional, e incluso el Gobierno ha aprobado un plan para incrementar las fuerzas armadas en 7.500 miembros para el periodo 2025-2029.
Una encuesta publicada este 20 de marzo por 20 Minutos, realizada por el Instituto DYM sobre la posibilidad de reinstaurar la mili, ha reflejado que tres de cada debe españoles está a favor (el 31,7% de los encuestados), y el porcentaje aumenta hasta el 39,9% entre los que serían partidarios de que los españoles recibieran formación militar básica, y el 53,4% está a favor de incrementar el gasto en defensa. Con respecto al color político de los que se muestran claramente partidarios de la recuperación de la mili, los votantes de Vox son los únicos que dan apoyo mayoritario (58,8%), porque ni los del PP (37,0%), ni los del PSOE (32,7%) y Sumar (10,7%) lo aceptan.
Debate abierto al resto de Europa
En el resto de Europa, sin embargo, el debate está mucho más abierto. El Reino Unido abolió el servicio militar obligatorio en 1963, Bélgica en 1994, Francia y los Países Bajos en 1996, en Italia en el 2005, en Bulgaria en el 2007 y a Alemania en el 2011. Y es precisamente Alemania uno de los países que, con la guerra de Ucrania, donde el debate está más vivo. El pasado julio se puso sobre la mesa esta posibilidad de restablecer el servicio militar y su apertura a las mujeres, en una iniciativa que abrió el ministro de defensa socialdemócrata, Boris Pistorius. Su plan consistía en que todos los hombres y mujeres, al cumplir los 18 años, recibieran una invitación oficial para que consideraran en consideración un servicio militar básico que duraría 6 meses, con posibilidad de ampliarlo hasta los 17 meses. El futuro jefe de gobierno de Alemania, Friedrich Merz, se ha mostrado favorable a reintroducir un año obligatorio en que los jóvenes hagan a un servicio militar o comunitario.
En Francia se introdujo un Servicio Nacional Universal voluntario (SNU), un programa voluntario dirigido a jóvenes de entre 15 y 17 años, creado para promover los valores republicanos, la cohesión social y el compromiso cívico entre los jóvenes. Dura dos semanas y se realiza en régimen de internado, lejos de sus lugares de residencia. Los jóvenes participan en actividades colectivas como deportes, teatro, talleres sobre valores republicanos y formación sobre "profesiones de uniforme" (policías, bomberos, militares) e incluye una estricta disciplina diaria con ceremonias propias de la vida militar, como cantar a la Marsellesa y levantar la bandera. Aunque actualmente es voluntario, el presidente Emmanuel Macron, que es quien lo impulsó en el 2019, ha planteado la posibilidad de hacerlo obligatorio.
En Italia, la Liga de Matteo Salvini, partido de la extrema derecha, presentó un proyecto de ley para reintroducir un servicio militar civil obligatorio para todos los jóvenes entre los 18 y los 26 años, independientemente de su sexo, con una duración de seis meses. La propuesta, sin embargo, generó controversia y oposición dentro del gobierno italiano. El ministro de Defensa, Guido Crosetto, ha expresado su desacuerdo, afirmando que las fuerzas armadas requieren profesionalidad y no son un lugar para educar a los jóvenes.
En el Reino Unido, el ex primer ministro Rishi Sunak también planteó la posibilidad de un servicio nacional obligatorio para los jóvenes, con opciones entre las Fuerzas Armadas o el trabajo comunitario, pero la propuesta del gobierno conservador originó un gran rechazo de los jóvenes a través de las redes sociales y la oposición manifiesta del partido laborista. En Rumania también se discute últimamente la reinstauración del servicio militar obligatorio, abolido en el 2006, y se promueve un entrenamiento militar básico voluntario. En los Países Bajos también se está debatiendo recientemente la posibilidad de reintroducir el servicio militar obligatorio ante la falta de voluntarios por las Fuerzas Armadas. Hay partidos claramente a favor, como el CDA (Partido Democristiano), que considera que la reintroducción es inevitable y necesaria, o el NSC (Nuevo Contrato Social) que también da apoyo a la idea, pero GroenLinks-PvdA se opone firmemente, argumentando que se necesitan reclutas motivados, no soldados forzados
Polonia y los países bálticos, ante la amenaza rusa
Pero a medida que nos acercamos a los países más próximos a Rusia, la opción gana peso. Polonia, en primera línea de la frontera de la OTAN con Rusia, ha anunciado este mes que convocará a todos los hombres adultos para entrenarse "para la guerra" ante la amenaza rusa, en una iniciativa presentada por el primer ministro Donald Tusk, que pretende que el país tenga a disposición una reserva que sea útil "ante las posibles amenazas". Se trata de un "entrenamiento intensivo que convertirá a los civiles en soldados de pleno derecho y con plena capacidad durante el conflicto", explicó Tusk. "Hablamos de la necesidad de tener un ejército de medio millón de hombres, incluidos los reservistas".
Lituania reinstauró el reclutamiento en el 2015, un año después de la anexión de Crimea por parte de Rusia, y es obligatorio para hombres de entre 18 y 23 años; dura 9 meses y las mujeres se pueden apuntar de manera voluntaria. Letonia también abolió el servicio obligatorio en 2006, pero lo reintrodujo gradualmente a partir del 2023 a causa de la invasión rusa de Ucrania. Es obligatorio para hombres mayores de 18 años, con una duración de 11 meses, y las mujeres también pueden participar voluntariamente.
En Estonia, el servicio militar obligatorio se mantiene obligatorio desde su independencia en 1991, con una duración de entre 8 y 11 meses, y solo para los hombres. En Serbia, el servicio militar quedó abolido en 2011, pero el pasado septiembre, el presidente Aleksandar Vučić, que también es comandante en jefe de las fuerzas armadas, anunció que el país implementaría un servicio militar obligatorio de 75 días para los hombres, y voluntario para las mujeres, a partir de este 2025.
Países con el servicio obligatorio
En Europa, sin embargo, todavía hay muchos países donde el servicio militar obligatorio todavía está vigente, como es el caso de Dinamarca, que recientemente lo ha extendido de 4 a 11 meses, incluyendo ahora también a las mujeres. También lo está en Austria (obligatorio para hombres entre 18 y 50 años, con una duración de 6 meses), Chipre (obligatorio para hombres entre 18 y 50 años, con una duración de 14 meses), Finlandia (obligatorio para hombres de 18 años, con una duración de 5,5 a 12 meses), Grecia (obligatorio para hombres de 19 años, con una duración aproximada de 1 año), Noruega (obligatorio para ciudadanos sanos mayores de 19 años, con una duración mínima de 12 meses), Suecia (reintroducido el 2017 para hombres y mujeres, con una duración de 11 meses), Suiza (obligatorio para hombres entre 18 y 30 años, con un total de 245 días de servicio), Turquía (obligatorio para hombres de más de 20 años, con una duración de 6 meses) y Croacia (reintroducido en enero del 2025, con una duración de dos meses para todos los ciudadanos).