Las elecciones en la India han llegado a su fin este fin de semana después de 44 días, en las que millones de personas de las ocho regiones del país han asistido a las urnas. Los últimos días de los comicios han estado marcados por una fuerte ola de calor, que ha hecho subir las temperaturas por encima de los 45 grados, y que ha provocado la muerte de decenas de personas por golpes de calor. Solo este sábado, 33 funcionarios electorales, entre los cuales se incluían miembros de las fuerzas de seguridad y personal sanitario, murieron en los colegios electorales del estado de Uttar Pradesh, según han informado las autoridades. También han muerto algunos votantes después de haber estado durante horas haciendo cola bajo el sol.
Las encuestas a pie de urna apuntan a una victoria de Modi
Un total de mil millones de votantes estaban convocados a las urnas entre el 19 de abril y el 1 de junio, en unos comicios que deciden los 543 escaños de la cámara baja del Parlamento o del Lok Sabha. Se trata de unas elecciones históricas, en qué después de una década en el poder, el primer ministro, el hinduista Narendra Modi, se juega renovar el cargo para un tercer mandato. A falta de la publicación oficial de los resultados, que se conocerán el próximo 4 de junio, según las encuestas a pie de urna, la coalición de la Alianza Democrática Nacional (NDA), liderada por el Partido Bharatiya Janata (BJP) que dirige Modi, superaría los 272 escaños que marcan la mayoría absoluta. Sin embargo, el BJP no obtendría una mayoría tan grande como se preveía en el momento del inicio de los comicios. Los partidos opositores, liderados por el Partido del Congreso (INC), ven con escepticismo las encuestas, ya que han fallado en el pasado, y mantienen la esperanza de que haya un cambio de gobierno en el país.
Modi ha buscado una reelección sobre la base de su ejercicio económico, con la India pasando a ocupar el quinto lugar mundial con respecto a su tamaño durante su mandato, pero también ha utilizado un discurso de odio contra la minoría musulmana, que representa en torno al 15% de los más de 1.400 millones de habitantes de la India. El líder nacionalista hindú ha sido acusado de discriminación contra las minorías religiosas durante su década en el poder y de hacer callar las voces críticas y la libertad de prensa. A cambio, Modi ha calificado la coalición opositora de fragmentada y corrupta, formada con el único objetivo de desalojarlo del poder, pero sin ningún líder claro para ocupar el sitio de primer ministro.