Moldavia dice basta. La presidenta del país, Maia Sandu, ha firmado este miércoles una ley que establece "el idioma rumano" en todas las leyes del país, en vez de los idiomas "moldavo" o "materno". "He promulgado una ley que confirma la verdad histórica e innegable: el idioma estatal de la República de Moldavia es el rumano. Quiero que el idioma rumano nos una a todos los que vivimos aquí y amemos esta tierra", ha expuesto a la presidenta en su cuenta de Facebook y que recoge la publicación European Pravda.

Según la presidenta, los que hace años que dicen que los ciudadanos de Moldavia hablan "moldavo" y no rumano "persiguen un único objetivo: dividirnos". "Paso porque cuando has dividido una nación, es más fácil subyugarla y controlarla. Un pueblo dividido no es una fuerza unida que pueda defenderse. Aquellos que intentaron dividirnos no estaban preocupados por la lingüística, sino que para cómo mantener en Moldavia en una eterna querella nacional", ha constatado.

Anteriormente, la oposición de Moldavia prometió apelar la eliminación de la "lengua moldava" en el Tribunal Constitucional. Entonces, la ley firmada por la presidenta teóricamente todavía puede ser cancelada. El 16 de marzo, los legisladores moldavos aprobaron la lectura final de un proyecto de ley que cambiará las referencias al idioma nacional oficial del país en la constitución y en todos los textos legislativos del moldavo al rumano.

Una cuestión de idioma

La ley sustituirá "el idioma moldavo", el "idioma oficial", el "idioma estatal" y el "idioma materno" actualmente todas estas referencias se usan en la constitución y en todos los documentos oficiales en cualquier forma gramatical por el "idioma rumano" a la forma gramatical correspondiente.

Entonces, después de los "cambios técnicos", el artículo de la Constitución moldava sobre el idioma se acordará y tendrá el siguiente contenido. "El idioma estatal de la República de Moldavia es el idioma rumano".

Rusia quiere forzar el conflicto en Moldavia

La región de Transnistria, en Moldavia, es el nuevo foco de conflicto del Kremlin. La agencia de noticias rusa Tass informó hace unos días de que los servicios de seguridad de la región habrían frustrado un intento de asesinato del líder internacionalmente no reconocido Vadim Krasnoselsky. Los intentos de asesinato de varios funcionarios de Transnistria se han perpetrado siguiendo las instrucciones del servicio de seguridad ucraniano del SBU, según ha informado el ministerio de seguridad estatal de la república. Los sospechosos de preparar un intento de asesinato del líder de Transnistria fueron detenidos y están siendo interrogados". De este supuesto intento de asesinato no se ha sacado el agua clara. Transnistria intentó separarse de Moldavia a principios de la década de 1990.

Rusia ha sido acusada recientemente de querer provocar o estar impulsando un golpe de estado en Moldavia, un país que hace frontera con el suroeste de Ucrania, que podría arrastrar la nación a la guerra del Kremlin. Precisamente por este motivo, ha sido un gesto muy significativo el del cambio de nombre en el idioma del país. Un hecho que no se hacía o no se había hecho hasta ahora para no forzar todavía más las tensiones entre el Kremlin y el gobierno moldavo.

Moldavia ha estado enfrentándose a las tensiones crecientes tanto por su gobierno proeuropeo como por sus partidos opositores próximos. En los últimos días, la presidenta Maia Sandu ha acusado Rusia de conspirar para derrocar su gobierno y descarrilar sus aspiraciones a unirse a la Unión Europea. "Algunos quieren que nuestro país caiga para instalarse (en la capital) un gobierno esclavizado a los intereses del Kremlin", exponía Sandu hace unos días. Moscú ha negado estas declaraciones y ha dicho que eran un intento de las autoridades de Moldavia para distraer la atención de sus "fracasos sociales y económicos".

 

 

Imagen principal: la presidenta de Moldavia, Maia Sandu / Efe