La campaña de vacunación para el coronavirus en Kosovo es la más desastrosa de Europa, con sólo un 15,7% de vacunados, a causa del recelo que muestra parte de la población y también por problemas técnicos de organización.
A consecuencia de esta situación, el gobierno de Kosovo ha decidido destruir 133.000 vacunas de AstraZeneca que han quedado caducadas. Las vacunas que se destruirán formaban parte de una donación que hizo Noruega, y que tenían el 31 de agosto como fecha de caducidad, según Reuters.
La decisión de destruir las vacunas ha provocado críticas, y algunas personas han pedido la dimisión del ministro de Salud, Arben Vitia, con escritos en la página de Facebook del ministerio.
157 muertos
En el fracaso de la campaña de vacunación han influido las teorías de tono conspirativo contra las vacunas, que han circulado mucho por el país, y las dificultades técnicas a la hora de intentar concertar una cita en línea. Todo ello ha provocado que en los últimos siete días, en Kosovo hayan muerto 157 personas por coronavirus, y se han confirmado más de 12.000 nuevos casos entre los 1,8 millones de habitantes que tiene el país.
El gobierno albanés ha atribuido los contagios a la celebración de encuentros y también bodas, sin hacer caso de las restricciones. A partir de esta semana hay nuevas medidas, según Reuters, incluido un toque de queda de 22 horas a las 5 de la mañana.
En Kosovo se puede escoger entre las vacunas de AstraZeneca o las de Pfizer, pero a causa de algunas noticias sobre las primeras hace meses, la población ha escogido de forma mayoritaria las segundas. El ministro ha manifestado que en los próximos días Kosovo recibirá 500.000 vacunas de Pfizer de Estados Unidos, y 250.000 vacunas de AstraZeneca de Alemania e Italia, como donaciones.