Reino Unido y Francia han tomado las riendas de la estrategia europea para la paz en Ucrania con el objetivo de defender los intereses del continente y mantener una postura de fortaleza ante el desdén de la administración Trump. El primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, presentarán una propuesta a la Casa Blanca la próxima semana, que incluye la creación de una "fuerza de seguridad" europea para asegurar una "paz duradera" en Ucrania. Este plan incluye el despliegue de cerca de 30.000 soldados europeos en Ucrania —aunque lejos de la línea de combate— y desplegar una "monitorización técnica" a través de varias tecnologías. Sin embargo, la propuesta exige a Estados Unidos (EE.UU.) el compromiso de establecer una "barrera de protección", que no necesariamente tiene que estar situada en Ucrania y que debería servir como arma de disuasión para evitar un nuevo ataque ruso.

Esta "fuerza de seguridad" europea, en principio, solo contaría con soldados británicos y franceses, ya que, de momento, el resto de potencias europeas se han opuesto al despliegue de ejércitos en territorio ucraniano. La mayor parte de estas tropas serían aéreas y marítimas, y los soldados terrestres se situarían en ciudades como Dnipró o Poltava, lejos del frente, así como en puertos e infraestructuras críticas para el país, como plantas eléctricas. En la línea de batalla, se mantendrían los soldados ucranianos, y los movimientos de Rusia estarían controlados con aviones de vigilancia, drones y satélites a cargo de EE.UU., según ha informado The Telegraph. "La razón por la cual no se trata de una fuerza de aplicación de la paz o una fuerza de disuasión es la asunción de que el alto el fuego, las negociaciones, han dado la base para algo más ligero", ha afirmado un funcionario británico a dicho medio.

El diario también explica que la "barrera de protección" estadounidense podría incluir aviones de caza en Rumanía y Polonia y que una "fuerza terrestre multinacional" se podría situar en las fronteras orientales de la OTAN como reserva de seguridad en caso de que hubiera que proteger a las tropas europeas en el interior de Ucrania. El principal objetivo de esta "fuerza de seguridad", sin embargo, sería asegurar la reapertura del espacio aéreo de Ucrania, y la seguridad del comercio en el mar Negro, además de mantener las infraestructuras ucranianas críticas que tienen que permitir la recuperación del país una vez que el conflicto termine.

Macron ha confirmado posteriormente este jueves la intención de enviar soldados una vez se haya negociado la paz en Ucrania. "No excluimos, dentro de un marco planificado con nuestros aliados, poder contar con fuerzas que, negociada la paz, puedan contribuir a garantizar la seguridad de Ucrania", ha dicho en una charla con internautas. El presidente francés sí que ha descartado a toda costa el envío de soldados al frente de guerra, ya que ha argumentado que Francia nunca ha estado a favor "de la escalada". Por otro lado, Macron aseguró que cuando vaya a Washington, le dirá a Trump que "no puede ser débil" con Putin, porque esto puede jugar en contra de sus propios intereses. "¿Cómo debes ser creíble ante China si eres débil ante Rusia?", se preguntó.

El Kremlin denuncia que el plan es "inaceptable"

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha reaccionado a las informaciones publicadas sobre esta propuesta y ha asegurado que para Rusia, "el despliegue de tropas de países de la OTAN en Ucrania es inaceptable". Por otra parte, la propuesta de situar 30.000 soldados queda muy lejos de la reclamación del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que exigía entre 150.000 y 200.000 soldados europeos para firmar un alto el fuego. Quien sí podría estar de acuerdo con la propuesta es el mandatario estadounidense, Donald Trump, que hace unos días afirmó que no se opondría al despliegue de tropas europeas en Ucrania, pero que rechazó destinar soldados americanos.