La Policía Federal del Brasil ha detenido este sábado al general retirado Walter Braga Netto, que fue ministro de la Presidencia y de Defensa del expresidente Jair Bolsonaro, por su relación con el intento de golpe de Estado organizado por el expresidente después de las elecciones de 2022.

Según la policía, Braga Netto habría obstruido la investigación de la justicia en la causa contra el mismo Bolsonaro y su gobierno, de intentar impedir la investidura del actual mandatario, Luiz Inácio 'Lula' da Silva, que tuvo lugar el 1 de enero de 2023. Según los planes revelados por la Policía, esta toma del poder incluía la preparación de un posible intento de asesinato de Lula, su compañero candidatura, Geraldo Alckmin, y del magistrado Alexandre de Moraes, miembro del Supremo, en aquel momento presidente del Tribunal Electoral, y que ahora es relator de esta causa.

En un inicio, la policía no ha querido revelar la identidad del detenido, y ha explicado en un comunicado que la orden de detención y de prisión la había dictado el Tribunal Supremo "contra una persona que presuntamente obstaculiza la libre aportación de pruebas durante el proceso penal", apunta el comunicado del cuerpo policial brasileño. El exministro ha sido detenido en su residencia en Río de Janeiro y será puesto a la disposición del Comando Militar del Este del Ejército, según ha informado la televisión local a Globo.

La Fiscalía todavía tiene que formalizar las acusaciones contra Bolsonaro y el resto de investigados, como el mismo Braga, a quien de momento la policía ha acusado de intento de toma del poder y asociación ilícita. Las penas combinadas por los delitos de golpe de Estado, abolición violenta del Estado y asociación ilícita, podrían llegar a los 30 años de prisión.

Un plan para asesinar a Lula da Silva

A finales de noviembre, el Tribunal Supremo del Brasil levantó el secreto de sumario sobre las investigaciones abiertas contra Bolsonaro por|para los ataques de enero de 2023, publicando también que el expresidente ultraderechista de ser partícipe y planificador de un golpe de Estado que pretendía asesinar al actual presidente, Lula da Silva.

El crimen lo tenían que cometer en el 2022 un grupo de oficiales del ejército afines a Bolsonaro a través de alguna bebida o alimento envenenados, todo para culminar en un golpe en que Bolsonaro habría tenido un papel fundamental, tal como revela el informe.
El plan, que también asumía la posibilidad de "varias muertes" durante la acción incluso entre los militares implicados, tenía el objetivo de "secuestrar y ejecutar" De Moraes, magistrado del Supremo y presidente del Tribunal Electoral, asesinar Lula envenenándolo con un agente químico que le provocara un "colapso orgánico", y también su número dos, Geraldo Alckmin.

La investigación se basa en los registros de entrada y salida de visitantes al Palau de l'Alvorada, residencia oficial de la presidencia, en el contenido de conversaciones entre interlocutores del núcleo próximo al líder ultraderechista, y en el análisis de fechas y reuniones celebradas durante esta época.
El documento policial revela pruebas que demuestran que el general Fernandes, el 9 de noviembre del 2022, imprimió en el palacio presidencial de Planalto, el plan detallado para cometer el triple homicidio y que, acto seguido, "se dirigió al Palau de l'Alvorada, donde estaba Bolsonaro". Nuevamente, el 6 de diciembre, habría vuelto a imprimir el documento que programaba el magnicidio para el 15 de aquel mes, dos semanas antes que Lula asumiera el cargo de presidente.

Más tarde, el 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura de Lula, un millar de simpatizantes de Bolsonaro atacó las sedes de la Presidencia, del Congreso Nacional y del Tribunal Supremo, causando numerosos destrozos, en un intento de forzar un golpe de Estado. La policía ya presentó cargos judiciales contra Bolsonaro y 36 personas más, entre las cuales había varios militares de alto rango y antiguos ministros de su gobierno.

Bolsonaro lo niega y ataca al juez De Moraes

Bolsonaro no tardó en negar cualquier acusación de golpista, diciendo que para ser un golpe tendrían que participar todas las fuerzas armadas: "Nadie impulsaría un golpe de Estado con un general retirado y seis oficiales", dijo el exjefe de estado, que aseguró que la palabra "golpe" nunca ha estado en su diccionario y que no es nuevo que lo señalen para intentar o planificar uno.

El expresidente acusó el juez responsable de la causa, de usar la "creatividad" para imputarlo. "Ajusta declaraciones, arresta sin denuncia, lanza redes para pescar posibles pruebas y tiene una asesoría bastante creativa. Hace todo el que la ley no dice", criticó Bolsonaro.