El opositor ruso, Alexei Navalni, ha vuelto a Rusia y poco después ha sido detenido por la policía fronteriza. Después de haber sido envenenado y trasladado a Alemania para ser tratado ahora hace cinco meses, el líder opositor del presidente Vladimir Putin ha aterrizado este domingo en Moscú donde tiene una orden de detención en este país.
Según ha informado a la portavoz del opositor, Kira Yarmysh, poco después de pasar el control de pasaportes, agentes de la policía fronteriza se lo han llevado sin dejar que lo acompañara su abogado. Las Fuerzas policiales rusas han informado a los periodistas de que Navalni queda detenido de acuerdo con la orden de detención hasta que se celebre un juicio.
La vuelta de Navalni a Rusia
Este domingo por la tarde, el opositor ruso ha embarcado en un vuelo con destino Moscú desde Berlín. Con él viajaban su mujer y varios periodistas. Navalni anunció ahora hace unos días que volvería a Rusia, a pesar de ser considerado el enemigo público número uno del Kremlin.
Más de una treintena de detenidos
La llegada de Navalni era un acontecimiento muy esperado, y decenas de personas se han concentrado en el aeropuerto Vnúkovo para recibirlo. Sin embargo, un fuerte despliegue policial ha desalojado la terminal y ha hecho casi una cuarentena de detenciones, entre las cuales había periodistas.
Finalmente el avión donde viajaba el opositor ruso ha aterrizado en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo por "causas técnicas", según la compañía aérea Pobeda.
El envenenamiento de Alexei Navalni
Después de perder el conocimiento, Navalni fue trasladado en coma desde Siberia hasta Alemania en un avión medicalizado. En Berlín fue ingresado y sometido a varios exámenes toxicológicos, que el pasado mes de septiembre determinaron que Alexei Navalni fue envenenado con una sustancia utilizada en la producción de armas químicas y que pertenece al grupo del agente tóxico Novichok.
Todas las acusaciones de los opositores apuntan al gobierno de Putin como el responsable de este intento de homicidio. De hecho, no es la primera vez que algún político o disidente ruso es envenenado: En marzo de 2018, el ex-espía ruso Serguei Skripal y su hija fueron atacados con el mismo agente tóxico que Navalni.