El secuestro masivo de niños ucranianos hacia diferentes puntos de Rusia continúa. Cuesta mucho saber con exactitud a cuántos niños han deportado en Rusia, pero cada vez hay más datos sobre la mesa de por qué el Kremlin centra sus esfuerzos también en eso. La embajadora británica en Ucrania, Melinda Simmons, ha calificado el supuesto secuestro masivo de niños de Ucrania por parte de Rusia como una estrategia deliberada para cortar los vínculos entre Ucrania y la "próxima generación que defenderá el país".

Simmons ha dicho al medio de noticias ucraniano ArmyInform –y recoge también el The Guardian– que los supuestos secuestros formaban parte de su "invasión híbrida" del país.

En marzo, el presidente ruso, Vladímir Putin, y la comisaria de niños de Rusia, Maria Lvova-Belova, fueron acusados por el tribunal penal internacional de La Haya por la "deportación ilegal" de niños ucranianos. Los niños cogidos o conservados por Rusia estaban "sujetos a una gamma extraordinaria e implacable de lavado de cerebro", dijo Simmons, que "crea una barrera psicológica entre los niños y sus padres".

Las implicaciones de estos "secuestros" orquestados por el Kremlin

Eso, en otras palabras, implica que Ucrania tiene que buscar a estos niños que han sido "secuestrados" y luchar también contra una herida abierta. Hay que abordar, una vez encontrados estos niños, la cuestión psicológica del lavado de cerebro que pueden haber vivido estos niños. De esta manera, Simmons destacaba que había niños que volvían pensando que luchar contra Ucrania era "correcto".

Rusia ha "secuestrado" miles de niños de instituciones estatales ucranianas y de campamentos de verano de los cuales ya no han vuelto. Algunos también han sido "secuestrados" después de quedar huérfanos por la guerra o cuando sus padres habían sido detenidos en zonas ocupadas.

La Universidad de Yale, el mes de febrero pasado, destacó que desde el inicio de la guerra, niños de cuatro meses que vivían en zonas ocupadas habían sido llevados a 43 campamentos a través de Rusia, incluyendo Crimea y Siberia, para recibir una reeducación relacionada con el ejército, destaca el diario británico. En algunos campamentos, los niños no volvieron la semana que estaba previsto que lo hicieran, sino que lo hicieron semanas más tarde. Algunos, sin embargo, no lo han ni hecho.

La vida en los campamentos rusos

El mismo diario destaca que en diferentes vídeos publicados en las redes sociales se puede ver como los niños cantan el himno nacional ruso y llevan también la bandera. También se ve que los profesores hablan de la necesidad de corregir la concepción que tienen de la historia rusa y soviética. "Está bastante claro que, si robas niños, lo haces para recortar una generación viable que defienda el país", relataba Simmons.

Aunque los datos no son precisos, el The Guardian se hace eco de las últimas oficiales publicadas por Ucrania. En total, se estaría hablando de unos 16.226 niños deportados en Rusia. Se han localizado 10.513 y han devuelto 300. Del resto, no se sabe nada.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión en uno de sus despachos en Moscú / Efe