La invasión terrestre de Gaza por parte de las Fuerzas de Defensa en Israel (FDI) ha pasado de ser una posibilidad a darse por hecho a medida que han avanzado los días desde el ataque de Hamás. Después de bombardeos sistémicos sobre la franja de Gaza durante los últimos 18 días, parecería que la entrada de soldados israelíes tendría que ser inminente, sin embargo, la decisión hace días que parece posponerse. ¿Por qué? Benjamí Netanyahu, el primer ministro de Israel, se encuentra en un callejón sin salida: el ejercido presiona para iniciar la invasión, mientras los Estados Unidos (EE.UU.) recomienda posponer toda la operación.
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Con este impasse de espera, el malestar del ejército con el gobierno aumenta, según varias filtraciones. Sin embargo, las discrepancias y las tensiones no se limitan a las filas de las fuerzas armadas, dentro del Ejecutivo también. Algunos medios locales han informado de las tensiones entre el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), teniente general Herzi Halevi, con el primer ministro israelí. Los dos primero presionan para que se ordene ya la operación sobre Gaza, sin embargo, la última palabra está a manos de Netanyahu.
Los Estados Unidos recomiendan retrasar la invasión
Si, por una parte, el ejército urge a desplegar la ofensiva terrestre sobre Gaza, por otra, los EE. UU., principales aliados de Israel, hacen un llamamiento a la calma. Desde la Casa Blanca se recomienda Israel que retrase la invasión de Gaza, según informa The New York Times. La administración Biden sugirió que se necesita más tiempo para las negociaciones de rehenes, la entrega de ayuda a los palestinos y los planes para evitar a más muertes de civiles.
Además, desde el gobierno estadounidense se pretende evitar una escalada del conflicto en la región, por eso apuestan por cierta contingencia. Sin embargo, funcionarios estadounidenses afirmaron en The New York Times que apuntan que más tiempo tienen que prepararse para los ataques a los intereses de los Estados Unidos en la región por parte de grupos apoyados por Irán, que según los funcionarios, es probable que se intensifiquen una vez Israel traslade sus fuerzas completamente a Gaza.
Las dos opciones que se despliegan delante de Netanyahu tienen un final común, una operación a gran escala sobre la franja de Gaza. Sin embargo, si es antes o después, puede cambiar el equilibrio dentro de la política israelí, ya que las divisiones se agravan a medida que pasan los días.
Sin apoyo ciudadano
En estas circunstancias, la confianza de los ciudadanos israelíes en su gobierno se sitúa al nivel más bajo de los últimos 20 años, según se indica en una encuesta. Después de los sucesos del 7 de octubre, solo un 20,5% de los encuestados indica que sigue confiando en el gobierno de Netanyahu, para gestionar la crisis actual.
Con respecto a la posibilidad de que el Gobierno israelí negocie con Hamás para conseguir la liberación de los rehenes, un 17,5% de los encuestados considera que se tiene que negociar ya, aunque suponga detener los combates. Un 32% sostiene que se tiene que negociar incluso si se está combatiendo, delante de un 14% que considera que solo se puede negociar al final de la guerra y un 23,5% que opina que no se tiene que negociar en ningún caso.