El primer ministro de Irlanda del Norte, el unionista Paul Givan, ha dimitido este jueves de su cargo en protesta al protocolo que afecta su país en la salida del Reino Unido de la Unión Europea. La decisión la ha tomado después de reunirse en Belfast con su formación, el Partido Democrático Unionista (DUP), el ministro de Agricultura del cual, Edwin Poots, ordenó ayer suspender de manera unilateral los controles aduaneros previstos en el protocolo a los productos que llegan a Irlanda del Norte desde la isla de Gran Bretaña. La dimisión de Givan provoca de manera automática la salida también de la viceministra, la dirigente nacionalista Michelle O'Neill, hecho que vierte el país en una nueva crisis institucional, a justo tres meses de las elecciones. En su declaración ante los medios, Givan ha alegado que las instituciones norirlandesas se ven afectadas por el "delicado equilibrio" que supone mantener el mandato del acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998-- que decretó una frontera invisible entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda-- y el tratado acordado entre la UE y el Reino Unido después del Brexit, que dibuja la frontera en el mar de Irlanda.
Protocolo irlandés
Este mecanismo recogido en el protocolo de Irlanda del Norte, entró en vigor el 1 de enero de 2021 junto con el resto de acuerdos del Brexit. Obliga a revisar las mercancías que llegan a Irlanda del Norte desde la isla de Gran Bretaña para evitar la entrada incontrolada de productos en el mercado comunitario europeo. Pero a raíz del Brexit, el gobierno de Boris Johnson ha derogado repetidamente la aplicación de este protocolo de manera unilateral, despertando críticas por parte de los norirlandeses unionistas que quieren ser tratados como el resto de británicos y de la UE para infringir el pacto del Brexit. La salida de Givan culmina meses de protestas por parte de la DUP contra los controles de mercancías y llega en el momento en que el Sinn Féinn podría superar el DUP en las elecciones locales previstas para el mes de mayo. Por otra parte, la nueva burocracia ha provocado escasez de productos y tensiones políticas en la región, sobre todo en la comunidad unionista-protestante, que ve peligrar su posición dentro del Reino Unido, más todavía cuando el Brexit ha reavivado el objetivo histórico de los nacionalistas para reunificar la isla de Irlanda. "El principio de consentimiento es la base del Acuerdo de Belfast del Viernes Santo y es mi sincero deseo de que todos los sectores de la comunidad pronto puedan dar su consentimiento para la restauración de un Ejecutivo en pleno funcionamiento, a través de una resolución de los problemas que lamentablemente nos han traído a este punto," ha explicado Givan.
La UE
Por su parte, la Comisión Europea (CE) ha asegurado este jueves que corresponde al Gobierno del Reino Unido garantizar que se llevan a cabo los controles en los productos que llegan a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña, tal como recoge el acuerdo del Brexit, y que de momento estas revisiones se siguen haciendo. El Ejecutivo comunitario se pronunció así después de que el ministro de Agricultura de Irlanda del Norte, Edwin Poots, anunciara este miércoles la suspensión desde la medianoche de los controles aduaneros en productos agroalimentarios acordados por el Reino Unido y la Unión Europa en el protocolo irlandés. El portavoz de la CE tampoco ha querido especular sobre si Bruselas podría reactivar el proceso de infracción contra el Reino Unido para no implementar el protocolo irlandés, un procedimiento que se paralizó el año pasado.