El Gobierno neerlandés ha presentado su dimisión en bloque por la polémica provocada por unas ilegalidades administrativas que cometieron en la asignación de unas ayudas a familias con hijos, que afectó principalmente a padres de origen extranjero y llevó a muchos a endeudarse con el fin de devolver a la Agencia Tributaria la cantidad que habían recibido durante años, según han informado medios locales y ha confirmado la televisión pública NOS.

A tan solo dos meses de las elecciones legislativas, el gabinete dirigido por Mark Rutte ha asumido la responsabilidad política por lo que ha pasado. Este caso es considerado por la prensa como el escándalo político y administrativo más importante de todas las legislaturas del político liberal, que lleva al poder desde el 2010.

Segundos NOS, el Ejecutivo permanecerá como gobierno en funciones hasta los comicios del próximo 17 de marzo, lo que le permitirá seguir gestionando la pandemia y aplicando las restricciones necesarias como aparte del actual confinamiento, que mantiene cerrada toda la actividad no esencial hasta al menos el 9 de febrero.

Rutte no quería dimitir

Según parece, la dimisión parecía inminente desde hace varios días y los cuatro partidos que forman la coalición (el Partido Popular por la Libertad y la Democracia VVD, Llamada Demócrata Cristiana CDA, los progresistas D66 y Unión Cristiana) se han reunido varias veces para negociar su decisión, sin embargo, según RTL Nieuws, mientras todos los socios apostaban por la renuncia, Rutte se resistía a hacer el paso y solo las amenazas de los otros partidos a retirarle su apoyo al parlamento le han hecho ceder hoy.

Los primeros casos de este escándalo se remontan en 2014, cuando la Agencia Tributaria empezó a enviar cartas además de 26.000 familias acusándolas de un supuesto fraude por obtener ayudas con las cuales pagar los jardines de infancia de sus hijos. Se exigió a los afectados volver décimos de miles de euros recibidos en prestaciones en plazos que no superaban las semanas, lo que llevó a muchos a perder el trabajo, el hogar y a endeudarse para reunir el dinero.

La mayoría de los afectados son de origen extranjero

Las autoridades fiscales, que seguía bloqueando las ayudas aunque las familias enviaban los documentos necesarios para justificar su necesidad de obtener la prestación, no daban explicaciones a los afectados. Más tarde, se demostró que las familias que fueron objeto de esta medida eran mayoritariamente de origen extranjero, y que su segunda nacionalidad estaba señalada en los documentos oficiales, algo ilegal por su base discriminatoria.

Hace un mes, un comité parlamentario formado para investigar el caso concluyó en un informe que se había cometido una "injusticia sin precedentes" contra los padres, que recibieron un "trato institucionalmente sesgado", lo que "viola los principios del Estado de derecho", y acusó ministros, funcionarios, diputados y jueces de "haber cometido errores".

En una primera reacción, el líder de la izquierda verde GroenLinks, Jesse Klaver, ha subrayado que la dimisión es "la única decisión correcta" que podría haber tomado el gobierno neerlandés y ha apostado por "un nuevo comienzo, un punto de inflexión, el momento para construir un Estado del bienestar en el cual el ejecutivo se apoya en sus propios ciudadanos".

Las legislaturas de Rutter, llenas de controversia

Rutte ha reconocido, después de anunciar su dimisión, que el informe de la comisión que investigó este escándalo es "duro y justo" y ha admitido que las cosas "se hicieron terriblemente mal" porque "se ha criminalizado a personas inocentes, sus vidas fueron destruidas y el Parlamento recibió información incorrecta e incompleta".

Sin embargo, no es la primera controversia de su legado. Rutte se ha ganado el calificativo de "superviviente" después de haber acabado todas las legislaturas con la dimisión de alguien de su equipo o cediendo en sus planes, situaciones de las que él siempre ha salido ileso.

Lleva tres gabinetes consecutivos, e igual que un reino con sus monarcas, cada legislatura fue bautizada con el número correspondiente, de manera que hoy se ha caído la "Kabinet-Rutte III".

Nadie descarta que, después del 17 de marzo, inaugure su cuarta legislatura tal como indican las encuestas, que lo posicionan como la opción más viable de la docena de partidos existentes.

"Hay que hacer un examen de conciencia sobre cómo recompensar Rutte después de diez años en el cargo con múltiples ministros fallidos, promesas incumplidas y este gran escándalo. Es personalmente popular, tiene poca competencia en la derecha y ha colocado a sus principales competidores en su propia coalición", ha resumido el analista Diederik Brink.

Rutte ha trabajado con todo el espectro político: conservadores, liberales, confesionales y socialistas. Entiende la política como una profesión que tiene que buscar soluciones a cualquier diferencia y eso le costó una llamada al orden de un exlíder de los liberales, Halbe Zijlstra: de tanta flexibilidad "se desvió demasiado" de las ideas del partido, le dijo.