La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, ha dimitido. Así lo ha anunciado el Elíseo este lunes, a la vez que Emmanuel Macron le ha agradecido sus servicios en un mensaje en X: "Su trabajo al servicio de nuestra nación ha sido cada día ejemplar. Ha dirigido nuestro proyecto con el coraje, el compromiso y la determinación de las estadistas. Gracias de todo corazón". El actual titular de Educación, Gabriel Attal, es el preferido para sustituirla al frente del gobierno francés.
La dimisión de Borne se produce en un momento de mucha impopularidad de Macron en los sondeos, de cara a las elecciones europeas que se celebrarán este año. Con el relevo, el presidente francés busca revitalizar su mandato y dar un nuevo aliento a su política 20 meses después de su reelección. Y es que la primera ministra ha pagado el desgaste del cargo, en el cual ha tenido que enfrentar medidas de lo más impopulares como la reforma de las pensiones o la ley de inmigración. De hecho, esta última ley fue aprobada en diciembre con el apoyo de los conservadores y de la ultraderecha, de manera que provocó una fragmentación del partido de Macron con un enorme descontento dentro del ala más de izquierdas.
Borne, desgastada por la falta de consensos
Sea como sea, Borne no ha conseguido encontrar los consensos necesarios para aprobar las leyes de su gobierno. Esta falta de consenso la ha obligado a utilizar con frecuencia en un artículo de la Constitución que le permite adoptar las leyes sin el voto de los diputados. Es por este motivo que también se ha visto obligada a superar 30 mociones de censura presentadas por la oposición, hasta el punto de ganar alguna con un estrecho margen. Por ejemplo, superó la moción después de la reforma de las pensiones por tan solo nueve votos. Parecía que su cargo se tambaleaba, pero Macron decidió mantenerla al frente del gobierno con la condición que encontrara los pactos necesarios para evitar la parálisis del país.
Borne, de 62 años, procedía del Partido Socialista y se la consideraba a una gran negociadora. Pero después de 20 meses no ha conseguido atraer ni a la oposición de izquierdas ni a la de derechas, una tarea que ahora tendrá que enfrentar su sucesor. Todo apunta que será el actual titular de Educación, Gabriel Attal, quien se convertiría en el primer ministro más joven de la historia de Francia con solo 34 años. De momento, el Elíseo se ha limitado a indicar que la actual primera ministra continuará ocupándose los asuntos corrientes hasta el relevo.