China ofreció ayuda a los países europeos enviando mascarillas y material de protección, cuando durante la primera ola del coronavirus escaseaba. Todo, formaba parte de la estrategia denominada "diplomacia de la mascarilla". Una estrategia que pasaba, básicamente, por el intento de cambiar el relato y la imagen del país de donde había surgido el nuevo coronavirus. China buscaba, en aquel momento, ganar popularidad y una imagen positiva.
Con las vacunas contra el coronavirus, el país asiático ha hecho algo similar. "China se encontró con que tenía que hacer las pruebas fuera de sus fronteras porque no tenía casos de coronavirus", explica el profesor en historia y cultura de la China moderna y contemporánea de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) Manel Ollé. De esta manera, ha llevado a cabo muchos ensayos de fase III en 15 países, de Latinoamérica, ámbito africano o países como Turquía, Jordania, Egipto, Perú o Chile. "Aunque no tiene la aprobación de la eficacia y está esperando que el proceso sea validado, ha conseguido que algunos países, por separado, lo hayan hecho". Las vacunas tienen la aprobación China y algunos países como Serbia o Hungría tienen la vacuna. "Se está ofreciendo la vacuna como una manera de ganar influencia y poder blando —capacidad de un actor político, como por ejemplo un Estado, para incidir en las acciones o intereses de otros actores a través de medios culturales e ideológicos— a escala global, sobre todo en países en vías de desarrollo".
Vacunas a cambio de créditos
De esta manera, Ollé resalta que el 90% de las vacunas se está quedando aquí y que por lo tanto, hay sitios donde no llegan las vacunas y se están saltando los estándares de verificación. A pesar de todo, resalta que es muy probable que los chinos acaben consiguiéndola a escala internacional. "Hay una estrategia a medio plazo", resalta. "Han ofrecido a África créditos a cambio de la vacuna, es decir, devolverlo a largo plazo y dejarles bajo influencia y ganar protagonismo en el sector biotecnológico".
De hecho, China anunciaba el mes de octubre pasado su ingreso a Covax, la plataforma mundial de investigación de vacunas contra el coronavirus y ya prometía en su momento ofrecer prioridad de acceso a países en vías de desarrollo. Ollé recuerda que China ha prometido dar 10 millones.
La prioridad, según resalta, es buscar influencia e interlocución con estos países. Ganar peso en África y en el sureste asiático. El profesor recuerda que hay cierta competición con India, que también está enviando vacunas a países africanos. "China intenta entrar por el Este de Europa, y está a la espera de que sus vacunas sean aprobadas a escala internacional". Además, destaca la posibilidad de que países que han entrado recientemente en la Ruta de la Seda, como son Italia y Portugal, también decidan ir por libre.
Efectividad de las vacunas
Brasil y Turquía han aportado datos diferentes en relación con la eficacia de una de las vacunas chinas, la Sinovac Biotech. Turquía exponer que la efectividad era de un 91% mientras que el Brasil ha dado una estimación bien diferente, del 50%. Los datos sobre los ensayos de Sinopharm y Sinovac siguen siendo escasos. A pesar de no saberse la eficacia exacta de las vacunas chinas, cumplen el umbral del 50% que la mayoría de países necesitarán para autorizar el uso.
Además, ambas vacunas chinas presentan ventajas con respecto a las de Pfizer y Moderna. Sobre todo con respecto al almacenaje y el transporte, más adecuados para la distribución en sistemas de salud no tan preparados y zonas rurales.
Qué pasa con la investigación de la OMS en Wuhan
La investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Wuhan para averiguar más cosas sobre el origen del coronavirus ha empezado hace justo unos días, después de varios problemas para los investigadores como retrasos en los visados y una cuarentena estricta en los hoteles. Un año después. "Verán lo que les dejen ver", puntualiza Ollé, que recuerda que el mercado de animales de Wuhan, donde se cree que fue el origen del virus, fue limpiado y desinfectado enseguida.
En este sentido, que la investigación empiece justo un año después, no deja de ser una muestra más de la opacidad china.