En Bulgaria tienen doble trabajo este domingo. Por sexta vez en tres años, los búlgaros escogen nuevo parlamento, entre el hartazgo por la crónica incapacidad de los partidos de formar gobiernos duraderos y la perspectiva de que, de nuevo, la fragmentación y los vetos cruzados dejen en la inestabilidad uno de los países más pobres de la UE. Estas nuevas elecciones legislativas, que coinciden con las europeas, se tuvieron que convocar después de romperse el marzo pasado, después de solo diez meses, el acuerdo cerrado entre el populista GERB y el europeísta PP-BD para alternarse al frente del ejecutivo cada nueve meses.

En las elecciones de abril del 2023 estas formaciones consiguieron a 69 y 64 diputados respectivamente, por lo cual tenían una mayoría de 133 de los 240 escaños. Además, contaban con el apoyo de los 36 del DPS, el partido de la minoría turca. Este pacto pareció resolver el bloqueo que arrastraba el país desde el 2021, con doce intentos fallidos de formar ejecutivo, por la falta de mayorías sólidas a causa de la división entre las fuerzas parlamentarias por temas como la corrupción, el apoyo o no a Rusia en su agresión en Ucrania o la reforma del sistema judicial.

Los proyectos estancados por falta de gobierno

A pesar de que estos tres partidos, antagónicos en muchos temas, negaron ante sus electores que se tratara de una coalición (usando eufemismos como gobierno de no coalición o de acoplamiento), tenían una clara agenda política. El gobierno tenía tareas importantes, como la entrada en la zona Schengen de libre circulación (conseguida parcialmente el marzo pasado); el acceso a la Eurozona, prevista, después de varios retrasos, para enero; así como mantener el apoyo a Ucrania o enmendar la Constitución para reformar el sistema judicial y reforzar la lucha contra la corrupción, recuerda Efe. Todos estos proyectos continúan estancados.

A pesar de todo, no hay perspectivas de cambio. Las últimas encuestas otorgan en el GERB, del exprimer ministro Boyko Borissov, el 25% de los votos. En el segundo lugar, con en torno al 15%, aparece el europeísta PP-BD, que perdería casi 10 puntos con respecto a las generales de abril. En el tercer lugar está el DPS, con el 12%; seguido de los ultranacionalistas prorrusos de Resurrección, con el 11; y el Partido Socialista, con el 7,5%. El antisistema Existe tal Pueblo podría quedar fuera del Parlamento, para no conseguir el umbral del 4% de los votos.

Posibles alianzas: ¿tienen futuro?

Tal como destaca Efe, otras encuestas dan un empate técnico a los europeístas, los ultras y el DPS, sin variar los datos del GERB. En cualquier caso, el GERB y DPS podrían sumar los 121 escaños que le darían la mayoría parlamentaria, aunque Borissov tendría problemas a justificar este pacto ante su electorado, explica el analista político Ivo Indzov, a la misma agencia. El DPS está liderado por Delyan Peevski, un polémico empresario y político cuyo nombramiento en el 2013 como jefe del servicio contraespionaje provocó protestas ciudadanas multitudinarias. El 2021 Peevski fue sancionado por los Estados Unidos y por el Reino Unido por prácticas corruptas.

Otra alianza que parece difícil es repetir, tal como destaca la misma agencia, es el tripartito, ya que los europeístas han anunciado que "nunca más" gobernarán con el GERB y el DPS. Y también parece imposible que alguna de estas tres fuerzas, que han defendido el papel de Bulgaria como miembro de la OTAN y de la UE, pacten con los socialistas o con los ultranacionalistas, que dan apoyo a Rusia en su agresión en Ucrania. Así pues, una vez más parece difícil que se pueda conformar un ejecutivo estable.