¿Puede un candidato a la presidencia defender una posición y, al mismo tiempo, la opuesta en una misma campaña y con dos días de diferencia? Quizás no explícitamente, pero el candidato a la Casa Blanca y expresidente Donald Trump, que esta noche da un mitin al Madison Square Garden de Nueva York al cual irá también a Elon Musk, se acerca mucho. Es capaz de felicitar a Benjamin Netanyahu por su trabajo en una llamada de cordialidad y decirle que haga lo que tiene que hacer y, dos días después, recibir la comunidad musulmana en un mitin de Michigan entre promesas de paz en Oriente Medio y buscando rascar los votos enfadados con Biden i Harris por el envío de armas en Israel.

Este sábado, poco antes de un mitin próximo a Dearborn, la primera ciudad con mayoría árabe de los Estados Unidos, Trump se encontró con el imán de Michigan Belal Alzuhairi, que lo describió como el candidato de la "paz". "Somos musulmanes. Demos apoyo a Donald Trump porque él promete acabar con la guerra en Oriente Medio y en Ucrania, ¡queremos paz y no guerra!", dijo. Pero solo dos días antes, el mismo Trump presumia de tener "una buena relación" con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y explicaba que se acababan de llamar con muy buena sintonía y que creía que había hecho "su trabajo". "Tenemos que cuidar de Israel. Bibi (Netanyahu) me llamó ayer, tenemos una buena relación. Y tengo que decir que afortunadamente no escuchó a Biden, porque si no estarían esperando que les tiraran una bomba. Hizo su trabajo y no lo escuchó", dijo.

Ahora bien, el alcalde de Dearborn, el también musulmán y demócrata Abdullah H. Hamoud, advirtió que Dearbourn Heights no es Dearbourn, apuntando que no es de la ciudad, sino de una más pequeña y vecina, de donde proviene el apoyo a Trump. Él no lo ha manifestado, pero sí que ha sido muy crítico con el envío de armas de la administración Biden en Israel y no ha dejado de hacer presión desde las redes sociales para frenar este envío.

Esta presión interna del partido demócrata proveniente de los musulmanes descontentos refleja el desencanto de la comunidad con el gobierno que puede empujar a un cambio de voto a pesar de las contradicciones de Trump. A la convención demócrata de Chicago el pasado mes de agosto, un familiar de uno secuestrado por Hamás el 7 de octubre habló ante la audiencia, pero el equipo de Harris no permitió lo mismo a un árabe americano para explicar el punto de vista de la comunidad.

En esta misma llamada, según publicó el Washington Post citando seis fuentes próximas a la conversación, el expresidente y candidato le dijo a Netanyahu: "haz lo que tengas que hacer" y le expresó su apoyo a la ofensiva en Gaza, donde han muerto 42.800 palestinos, muchos de ellos niños y mujeres, por las bombas de Israel, y en  Líbano.

Cuando el atentado de Hamás del 7 de octubre del año pasado sobre territorio israelí precedió los ataques sobre Gaza, Trump destacó el potencial del territorio palestino para promociones inmobiliarias, "como promotor, podría ser un buen lugar, por el tiempo, el mar...". El año 2017, tal como apunta la CNN, Trump aprobó un veto de 90 días que prohibía la entrada a los Estados Unidos de ciudadanos de mayoría musulmana como Iraq, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, todo bloqueante la entrada de solicitantes de asilo en plena guerra de Siria.

La diputada estatal republicana (y musulmana) de Michigan Rola Makki, publicó fotos con Trump y un mensaje de la red social creada por el expresidente, Truth Social, donde el pasado día 21 criticaba e insultaba a Kamala Harris y Liz Cheney, republicana que ha dado apoyo a Harris y que, decía Trump, es "como su padre, que nos llevó con Bush a una ridícula guerra en Oriente Medio". "Si Kamala se queda más años, Oriente Medio pasará las próximas cuatro décadas en llamas, y tus hijos quizás van a una guerra, quizás a la Tercera Guerra Mundial, cosa que nunca pasará con el presidente Donald Trump (...) Vota Trump para la paz!"

El pasado 22 de octubre, el politólogo y columnista del Washington Post experto en estudios árabe Shadi Hamid publicó una columna en la cual defendía que "la fractura entre los musulmanes y árabes americanos y el partido demócrata ha llegado a su punto de ruptura" y aseveraba que "la negligencia de la vicepresidenta ha permitido a Trump ganar votos". Un censo de este año del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR) estimaba en 2,5 millones a los votantes musulmanes en los Estados Unidos.

Encuestas recientes muestran que el apoyo a los demócratas de estos votantes ha caído. No son muchos, pero en unas elecciones tan ajustadas el voto de las minorías puede ser una de las grandes claves para decantar la balanza.