El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este miércoles el nombramiento del teniente general retirado Keith Kellogg como enviado especial para Ucrania y Rusia con el objetivo de poner fin a la guerra. Kellog, que fue jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump y asesor de seguridad del entonces vicepresidente Mike Pence, elaboró hace unos meses una propuesta para acabar con el conflicto iniciado con la invasión rusa de Ucrania en 2022. "Keith ha tenido una distinguida carrera militar y empresarial, y ocupó cargos de seguridad nacional de alta sensibilidad en mi primer mandato. ¡Ha estado conmigo desde el principio! Juntos, garantizaremos una paz armada y haremos que América y el mundo sean seguros de nuevo", ha afirmado Trump a través de un mensaje en su red Truth Social.

El plan de Kellogg para acabar con la guerra de Ucrania

Kellog elaboró el plan para poner fin a la guerra de Ucrania junto con Fred Fleitz, quien también fue jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional bajo el mandato de Trump. Ambos presentaron el plan a Trump antes del verano, meses antes de que ganara las elecciones. Según informó entonces Reuters, Fleitz afirmó que habían recibido un buen feedback de Trump. A grandes rasgos, el plan consiste en obligar a Ucrania y a Rusia a sentarse en una mesa de negociación lo antes posible, y establecer un alto el fuego, manteniendo las líneas de batalla predominantes mientras duren las conversaciones, según explicaron los autores del plan. Para ello, Kellogg propone advertir a Ucrania de que no recibirá más ayuda militar y económica de Estados Unidos si no acepta iniciar las negociaciones, y en el caso de Rusia, sugiere que la OTAN posponga la entrada de Ucrania en la alianza como una forma de convencer a Putin.

 

Bajo el título América primero, Rusia y Ucrania, los detalles del plan están explicados en un artículo de investigación publicado por el America First Policy Institute, un think tank próximo a Trump. La aplicación de esta hoja de ruta supondría un cambio drástico con respecto a la política que ha mantenido desde el inicio de la guerra la administración de Joe Biden, consistente en priorizar la provisión de armamento al ejército ucraniano y evitar cualquier acercamiento diplomático, aunque eso suponga una gran pérdida de vidas humanas y un elevado gasto económico. Durante la campaña, Trump se pronunció en contra de este gran desembolso de dinero y aseguró que trabajaría para poner fin a la guerra lo antes posible.