A medida que las milicias talibanas avanzan en el territorio que los Estados Unidos ha abandonado, las imágenes de la crueldad de los islamistas y del terror que se apodera de la población civil inundan las redes sociales. Entre centenares de testimonios escalofriantes, uno de los más compartidos ha sido el de una niña en Kabul, capital de Afganistán, visiblemente resignada por el futuro que le espera después de veinte años de conflicto e intervencionismo: "No interesemos a nadie. Desapareceremos de la historia lentamente. ¿No es gracioso?", pregunta entre lágrimas.
Hoy por hoy, los talibanes habrían conseguido capturar al menos veinte capitales de provincia afganas en poco más de una semana. Ante el colapso inminente del país, el presidente de los EE. UU., Joe Biden, ha ordenado la evacuación de la embajada de Kabul, ciudad la cual los talibanes están rodeando y esperan capturar en las próximas horas. De hecho, la capital del país se ha convertido en un campamento con miles de ciudadanos afganos (según algunas fuentes en torno a 200.000) que se instalan en parcos huyendo de los talibanes.
"No interesemos a nadie"
No contamos porque somos nacidos en Afganistán. No puedo evitar llorar. Tengo que enjugarme las lágrimas para poder grabar este vídeo. No interesemos a nadie. Moriremos lentamente en la historia. ¿No es gracioso"?, lamenta la joven con impotencia por el efecto dominó que ha desencadenado la retirada de los Estados Unidos de su país.
Caos e intervencionismo
"Hemos registrado a 17.000 familias desplazadas hasta ahora, pero tenemos miedo de que esta cifra sea mucho mayor, en torno a 30.000 familias, unas 210.000 personas," ha informado el ministro de Gestión de Desastres, Ghulam Bahauddin Jailani. Al mismo tiempo, crece el número de pasaportes que se emiten, ya que los nuevos ricos se van: la desigualdad entre clases es patente en Kabul. Mientras los civiles buscan refugio en la capital del país, que tiene muchos números de acabar siendo ocupada, las grandes fortunas se marchan lejos para evitar el conflicto.
Los talibanes han instado al enemigo a poner fin a la resistencia inútil cuanto antes mejor en las provincias restantes, para que así pueda establecer un sistema afgano puro, islámico, sólido e inclusivo en el país, tal como han indicado los insurgentes en un comunicado.
Las fuerzas afganas y el Gobierno viven un momento crítico con los talibanes, que controlan o disputan cerca de la mitad del territorio, hecho que complica la negociación de una salida dialogada al conflicto, mientras Kabul ha ofrecido compartir el poder a cambio de un alto el fuego.
El deterioro de la situación de seguridad del país ha empeorado en los últimos tres meses, con el inicio de la fase final de la retirada de las tropas de los EE. UU. y de la OTAN y el estancamiento de las infructuosas negociaciones de paz intraafganas.