La estrategia rusa hace semanas que se centran en los bombardeos masivos por todo el territorio ucraniano, después de que el ejercido de Kyiv les hiciera retroceder sobre el terreno. Estos ataques que se han cobrado la vida de decenas de personas, aunque se han enfocado principalmente en infraestructura básica para Ucrania, han sido un golpe duro para el pueblo ucraniano. Los misiles han destrozado estructuras eléctricas clave para el país, en especial ahora que empieza el duro invierno ucraniano. Para contrarrestar este tipo de ataques, desde el gobierno ucraniano han pedido ayuda en forma de armamento antiaéreo. Los Estados Unidos (EE.UU.) han respondido al llamamiento y han anunciado que enviará misiles antiaéreos por valor de 1.200 millones de dólares.
Según publica el Washington Post, la Administración de Joe Biden ha firmado un contrato con la compañía armamentística Raytheon Missiles and Defense para enviar seis sistemas de misiles de defensa aérea a Ucrania. Este movimiento llega después de que la misma empresa anunciase los planes para fabricar misiles Patriot en Europa por primera vez. Los missis que los estadounidenses enviarán a Ucrania son tierra-aire, conocidos en ángulos como Nasams. "Els Nasam son solo el último en el conjunto diverso de capacidades de defensa aérea que estamos entregando en Ucrania", ha afirmado Bill LaPlante, subsecretario de Defensa para la adquisición y el mantenimiento.
La defensa aérea se ha convertido en una de las principales prioridades de Kyiv, ya que pretenden defender no solo la ciudadanía, sino las infraestructuras clave de los bombardeos rusos, cada vez más frecuentes. Los nuevos sistemas antiaéreos que envían los EE.UU. forman parte del quinto paquete de ayudas a Ucrania que promueve el gobierno de Biden.
Dificultades logísticas
A pesar del anuncio de los Estados unidos, el apoyoarmamentístico de los países de la OTAN a Ucrania es cada vez más complicado. Así lo ha reconocido el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, quien lo ha definido como un "desafío logístico", en referencia a la dificultad de su mantenimiento. Stoltenberg ha destacado que las armas con que los países de la OTAN dan apoyo en Ucrania en su defensa "necesitan munición y recambios" y no ha querido entrar en la cuestión de qué nuevo armamento podría suministrarse a este país. Además, ha apuntado a la "fragmentación" de la industria europea del armamento como uno de los retos a que se enfrentan los miembros europeos de la organización.
El secretario general de la Alianza ha expresado su preocupación por esta situación en Ucrania, aunque ha remarcado que la OTAN no forma parte del conflicto. Stoltenberg remarca que solo se está ayudando en Ucrania a defenderse de una agresión a su integridad territorial y ha recordado que en este caso "no habrá paz si el agresor gana".