Los Estados Unidos y Rusia han dado los primeros pasos para relajar las tensiones entre los dos países con la reunión entre Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, y Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso. Los dos políticos han quedado en territorio neutral: Reykiavik. Los países se han mostrado dispuesto a iniciar una nueva etapa con una mejora de sus relaciones diplomáticas, pero han subrayado desde el inicio sus "profundas diferencias", según informa Efe.
La animadversión de que se tienen las dos potencias se ha cronificado a lo largo de los años y la administración Biden-Harris ha continuado con esta tónica. Recientemente Joe Biden calificó de "asesino" en Vladímir Putin, hecho que estropeó las relaciones entre los dos países.
La reunión entre los dos representados se ha dado en un contexto complejo y duro, ya que los dos países se han ido sancionando mutuamente y han expulsado diplomáticos de sus territorios en los últimos años.
Nada en el tintero y honestidad
Lavrov ha subrayado la disponibilidad de Rusia a abordar todo tipo de asuntos, sin hacer exenciones ni vetar problemáticas delicadas. A cambio, sin embargo, pide a su homólogo estadounidense un diálogo honesto.
A pesar de las muestras de interés de los dos países al desescalar la tensión que han vivido los últimos años, los dos políticos no han perdido ninguna oportunidad para recordar y remarcar sus diferencias.
Acercamiento
La encuentra responde entre los dos representantes de los Estados Unidos y Rusia a una voluntad conciliadora que se ha ido gestando desde hace meses. Como gesto de complicidad hacia el Kremlin els Estats Units han eximido las sanciones que recaían sobre la empresa que construye el gasoducto que lleva gas ruso a Alemania, según informa Efe.
El anuncio lo ha hecho el mismo Bilken y ha justificado esta amnistía como una medida "por el interés nacional". Es un pequeño movimiento que allana el cambio para abrir una nueva eta en las relaciones entre Rusia y los Estados Unidos.