Después de que el verano pasado, el Tribunal Supremo (TS) dictaminas en contra de garantizar el derecho del aborto a todos los estados de los Estados Unidos, muchos expertos señalaron que, siguiendo la lógica con la cual justificaba su decisión, el derecho al matrimonio gay podría seguir el mismo camino y cuestionar por el TS estadounidense. Para evitar esta situación, se ha aprobado en el Senado una iniciativa para proteger a escala federal el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En un contexto en que la división política en los Estados Unidos es el pan de cada día, los dos partidos, Demócrata y Republicano, han arrimado a un acuerdo para aprobar esta ley. Joe Biden, el presidente estadounidense, ha remarcado cómo esta iniciativa ha unido los dos partidos y ha celebrado el primer paso para que esta ley federal se materialice. "Es importante destacar que la Ley de Con respecto al Matrimonio es un éxito bipartidista", ha asegurado en un comunicado Biden, donde ha añadido: "Republicanos y demócratas se apoyan conjuntamente con el derecho esencial de las parejas LGBTQI+ e interraciales a casarse". El proyecto de ley ha sacado adelante gracias a 61 votos favorables, demócratas y republicanos, y 31 en contra.

Una sentencia a una ley

El año 2015 el Tribunal Supremo estadounidense dictaminar la legalidad del matrimonio entre personas de la misma sexos a través de la sentencia Obergefell v Hodges. En aquel momento es a vivir como una gran victoria y, como pasó con la sentencia que garantizaba el aborto, no se legisló alrededor. Muchos derechos a los estados unidos se encuentran en este limbo, donde su pervivencia depende de que un tribunal no cambie de opinión.

Políticamente, es una gran ventaja para los partidos políticos que no quieren arriesgarse a perder apoyos abriendo debates que pueden ser polémicos al legislar sobre estas sentencias. Sin embargo, en la práctica a deja en una posición muy precaria la posible continuidad de derechos humanos. En realidad, quedan sobre las manos de un tribunal muy fluctuante ideológicamente y lo que a menudo es el campo de batalla por el control de las instituciones entre republicanos y demócratas.

En este caso, viendo cómo el Supremo está en manos de los conservadores radicales, los dos partidos han coincidido en la necesidad en blindar parcialmente este derecho de la comunidad LGTBI. La legislación promueve que el Gobierno federal reconozca el matrimonio entre dos personas del mismo sexo si es legal en el estado donde se casaron. El mismo principio se aplica a las bodas interraciales. El texto también reconoce la libertad religiosa, evitando que se pueda obligar a instituciones religiosas como las Iglesias a celebrar estas bodas y que estas pierdan beneficios o exenciones fiscales para no hacerlo, según recoge Efe.