El presidente de EE.UU, Joe Biden, firmó este jueves una ley que declara el 19 de junio, conocido como "Juneteenth", como un nuevo día festivo nacional para reflexionar sobre la fecha de 1865 en la que los últimos esclavos negros supieron que eran libres.
"Este es un día de un profundo peso y de un profundo poder, un día en el que recordamos la mancha moral y el terrible precio que la esclavitud ha costado al país y que le sigue costando. Lo que he llamado durante mucho tiempo el pecado original de EE.UU.", manifestó Biden en un discurso en la Casa Blanca.
Ante decenas de activistas y legisladores, el mandatario destacó la importancia histórica que tiene la declaración como festivo nacional del "Juneteenth", un juego de palabras con el mes de junio y la pronunciación de 19 en inglés y que ya era una fecha de celebración para la comunidad negra de EE.UU.
"Entender los errores"
"Las grandes naciones, dijo Biden, no ignoran sus momentos más dolorosos, no ignoran esos momentos del pasado. Los reciben con los brazos abiertos, las grandes naciones no huyen, entienden los errores que se han cometido. Y al recordar esos momentos comenzamos a sanar y a crecer más fuertes".
Esclavos que no sabían que eran libres
Antes de Biden, habló la vicepresidenta de EE.UU, Kamala Harris, la primera persona afroamericana en ocupar ese puesto y que se encargó de narrar la historia detrás del nuevo festivo. El "Juneteenth", explicó, conmemora la fecha en la que más de 250.000 esclavos negros recibieron por primera vez la noticia de que eran libres.
En concreto, lo que ocurrió fue que el general de la Unión Gordon Granger entró en el puerto de Galveston (Texas) para anunciar la derrota de la Confederación en la Guerra Civil dos meses antes y para proclamar que "todos los esclavos" eran libres.
Hasta entonces, los esclavos no sabían que habían sido liberados porque los esclavistas de Texas se habían negado a aceptar la orden que había dado hacía dos años el entonces presidente Abraham Lincoln para abolir la esclavitud.
"Durante dos años, la gente de Texas siguió esclavizada. Durante más de dos años intencionalmente se restringió su libertad. ¡Durante dos años!", destacó Harris.
Sin embargo, según recordó la vicepresidenta, pese a la intervención de Granger, algunos estados sureños siguieron teniendo esclavos durante seis meses más hasta que en diciembre de 1865 se ratificó la decimotercera enmienda de la Constitución para formalmente prohibir esa práctica inhumana.
El apoyo de los partidos y el caso de Floyd
La aprobación del "Juneteenth" como día festivo se produce en un momento en el que EE.UU está tratando de reflexionar sobre su turbulenta historia y tras las protestas contra el racismo que el año pasado siguieron a la muerte del afroamericano George Floyd, asfixiado por un policía blanco. De los 50 estados de EE.UU., 48 ya reconocían ese festivo, pero las protestas por Floyd sirvieron para unir a algunos legisladores demócratas y republicanos.
Pese al acuerdo entre políticos de ideologías muy diferentes, hasta ahora el mayor obstáculo había sido el senador republicano Ron Johnson, quien argumentaba que crear un nuevo festivo federal costaría 600 millones de dólares al año a las arcas del Estado porque habría que pagar un día de libranza a 2 millones de empleados públicos.
Esta semana, sin embargo, Johnson anunció por sorpresa que ya no se opondría a la ley, lo que despejó el camino para su promulgación.
Los dos partidos la aprobaron por unanimidad en el Senado el martes y, un día después, la Cámara de Representantes avaló la iniciativa con el voto en contra de solo 14 legisladores republicanos.